Armamentismo
El negocio de la guerra deja 6.600 millones de euros anuales en España
Alrededor de un 2,7% del global de las exportaciones le pertenecen a las empresas españolas, tal y como señala el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz.
El negocio de la guerra en España
Según datos del Catálogo de la Industria Española de Defensa 2023/2024, publicado por el Ministerio de Defensa, la Base Industrial y Tecnológica de Defensa de nuestro país contaba en 2021 con más de 520 empresas. Por su parte, la Estrategia de Industria de Defensa de 2023 señalaba que eran 400 las empresas y 36.000 los empleos que generaba. Además, el último Anuario Spain Defence & Security Industry de 2024 señala que en la actualidad hay 394 empresas activas que generan alrededor de 6600 millones anuales. La inmensa mayoría son privadas. De entre ellas hay 5 gigantes que conjuntamente representan el 80% de la actividad del sector. El grupo lo constituyen: Airbus, Navantia, Indra Sistemas, General Dynamics European Land Systems-Santa Barbara Sistemas (GDELS-SBS) y Expal.
El actual gobierno de España contempla la industria armamentística como un sector importante. En sus propias palabras, en el ya citado catálogo, lo definen como un “sector estratégico para la seguridad y soberanía nacional”. Documento en el que se pone de manifiesto que la situación geopolítica supone una oportunidad de negocio para esta parte de la industria española. Ya la Directiva de Defensa Nacional 2020 establecía claramente en una de sus líneas de actuación el fomentar y proteger una industria de defensa innovadora.
Negar que para algunos la guerra es un negocio muy lucrativo, es ignorar la realidad. La tendencia de las exportaciones de las armas con origen español es al alza. Entre 2016 y 2022 la media anual se situaba cerca de los 3900 millones de euros. Al cierre de 2022 el año dejaba una cifra de aproximadamente 4100 millones, lo que suponía un crecimiento del 25% con respecto al año anterior. Y, a falta de datos oficiales completos, el Anuario Spain Defence & Security Industry señala que la tendencia alcista no ha hecho más que confirmarse y consolidarse. Un panorama sectorial que no puede más que comprenderse contemplando la realidad geopolítica de escalada de las tensiones entre estados que el mundo atraviesa en tantas regiones.
España y Europa subvencionan el negocio de la guerra
La facturación creciente del negocio de las armas al parecer no es suficiente a la luz de los datos. Entre 2019 y 2023, distintas entidades públicas y gobiernos han subvencionado con más de 15 millones a algunas de las empresas que ostentan el ranking antes mencionado.
Indra Sistemas recibió ayudas por valor de 6,14 millones de euros en 16 subvenciones. Catorce son de la Comunidad de Madrid y dos del Estado. LLa más cuantiosa. Asciende a 5,88 millones, y salió del Ministerio de Ciencia e Innovación.
La segunda más beneficiada es Airbus Helicopters, con 4,72 millones de euros. Ha recibido dos subvenciones (en 2019 y 2022), ambas estatales.
Airbus Defence and Space obtuvo 3,96 millones, que salen de ocho convocatorias. Seis nacionales y dos de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía.
La última es Santa Bárbara Sistemas, que consiguió una ayuda de 200.000 euros, concedida en 2021 por la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación de Asturias.
Estas tampoco son las únicas subvenciones que ha recibido el negocio de la guerra en España. La creciente militarización de la Unión Europea y el progresivo rearme de sus estados miembros ya no sorprende a nadie. Con este objetivo, la UE puuso en marcha el FED, Fondo Europeo de Defensa. Se trata este del programa de la unión para fiananciar proyectos encaminados a la investigación y desarrollo militar. Nació en 2021 y ha celebrado ya dos convocatorias: la primera con un presupuesto de 1.166 millones de euros. La segunda, por su parte, repartirá 832 millones en subvenciones.
Estos 2.000 millones de euros financiarán 41 proyectos de desarrollo e investigación militar y 43 entidades españolas participarán en 31 de ellos. Así, España se coloca en el puesto número 4 en el ranking de países que más financiación recibirán. Además, 3 de las empresas de nuestro país están entre las 25 mayores receptoras: Indra sistemas recibirá en total 60,78 millones de euros de financiación FED. Por su parte, GMV Aerospace and Defence S.A.U percibirá un total de 12,40 millones. La tercera es Navantia con la cuantía de 11,60 millones.
España está completamente inmersa en la política de rearme que afecta a la unión y muchos de sus países miembros. El incremento de los presupuestos en defensa no ha tenido precedentes en los últimos 80 años de la historia de nuestro país. Durante los últimos 6 años este gasto se ha multiplicado por 3, hasta casi alcanzar los 4000 millones de euros. Esta cifra supone un 1,3% del PIB. Todavía está lejos del 1,8% de los países de nuestro entorno, pero no hará más que aumentar en los próximos años. Al fin y al cabo, nuestro gobierno se ha fijado llegar al 2% en el año 2029.
España vendió armas a 19 regímenes autoritarios
Más allá de las dudas que suscita el hacer de la guerra un negocio tan lucrativo o de invertir dinero público para subvencionar empresas que facturan cientos de millones de euros cada año, existen otros problemas en la cuestión del negocio de la guerra español. La legislación internacional contempla que el comercio de armas solo podrá llevarse a cabo si es con el objetivo de garantizar la protección de la población. Así lo contempla la Ley de Comercio de Armas de España de 2007 y el Tratado de Comercio de Armas de la ONU en 2014. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional han venido denunciando la falta de herramientas de control sobre esta industria: “Este aumento en las exportaciones y autorizaciones, resultado de una política de apoyo a la exportación que no ha variado en la última década, no se ha visto acompañado de un aumento de las medidas de control significativas para garantizar que ni un arma española se usa para cometer o facilitar la comisión de atrocidades.”, señaló la entidad en su página web. En España está pendiente establecer, al igual Que ya han hecho otros países de nuestro entorno, una unidad específica que evalúe los riesgos de las transferencias de armas.
Las susceptibilidades acerca del uso de las armas con origen español no son imaginarias. Los últimos datos a los que tenemos acceso de la Estadística Española de Exportación de Material de Defensa, referidos al primer trimestre de 2023, España vendió armas a 88 países, entre ellos 19 regímenes autoritarios. De ese grupo destacan 3 por encima del resto: Arabia Saudí, Vietnam y Kuwait.
Ilustrando las dudas que despiertan estos negocios, entre 2015 y junio de 2023 España vendió armas a Arabia Saudí por valor de 2.500 millones de euros. Estos intercambios armamentísticos se han realizado pese a la amenaza de que estas armas sean utilizadas en el conflicto armado en Yemen, tal y como denuncian organizaciones como Amnistía Internacional.
Y es que existen Investigaciones, como la llevada a cabo por The Washington Post junto al Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Columbia en 2022, que revelan abusos continuos derivados de la campaña de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos en Yemen. Durante los siete años analizados en el estudio, se contabilizaron más de 300 ataques aéreos que se cobraron la vida de 9.000 civiles. También la realizada por Mwatana for Human Rights, que señala que, durante 2023, más de 1.100 incidentes de violaciones de derechos humanos fueron cometidas por diversas partes del conflicto.
Otro ejemplo que se ha venido denunciando por distintas entidades es Israel, con quien España siguió contratando compras hasta octubre de 2023 cuando se suspendió temporalmente la posibilidad de nuevos acuerdos. Pese a lo cual todavía había que entregar las armas contratadas con anterioridad meses después de esa fecha. Solo en el primer semestre de 2023 España autorizó 22 licencias de exportación de material de defensa por valor de 44 millones y las exportaciones realizadas ascendieron a más de 700.000 euros. Entre las ventas realizadas constaban: blindados, bombas o misiles, munición… entre otros. El gobierno español ha defendido los negocios con Israel en esta materia bajo la idea de que se trata de material “no letal”. Sin embargo, a la luz de los elementos sujeto de la transacción, es evidente que son susceptibles de terminar formando parte del haber militar con el que cometer abusos y crímenes de guerra en la Franja de Gaza.