Obsecuencia externa, oscuridad interna
El debilitamiento progresivo y la impaciencia ante el fracaso por restaurar la unipolaridad y la hegemonía estadounidense en el mundo ha provocado la estimulación de diversos vectores, desde la guerra promovida en Ucrania hasta la ruina en Oriente Medio, pasando por la caída del PIB mundial y la obstrucción de las vías navegables para desestabilizar la cadena de suministros. En resumen, Estados Unidos ha inaugurado una nueva fase en su proyección geoestratégica, reemplazando el concepto de hegemonía por el de caos controlado, con fractura mundial.
Como las palabras no alcanzaban para generar una fractura entre Europa y Rusia, se creó el escenario que lo hiciera inevitable. Dentro de las aguas revueltas, hay coincidencia sobre la necesidad de aumentar la tensión con China, materia a la Trump seguramente acordará, así como desacoplar las economías, un tema más complicado. El debate queda acotado a cuánto y cómo elevar esa tensión. La posición más moderada, que se está llevando a cabo en la actualidad, consiste en restringir la disputa a sectores clave y dificultar el acceso de China a nuevas tecnologías y materias primas en el mundo. En esta estrategia se incluyen los microchips y semiconductores, con el objetivo de evitar que China supere a Estados Unidos en tecnologías de vanguardia.
La segunda idea es avanzar hacia un desacople completo de ambas economías. Como se trata de la principal relación comercial del mundo de casi 600.000 millones —China exporta a los EE.UU. 427.229 millones de dólares, y EE.UU. a China 147.805 millones—. Dada la densa trama de vínculos, capilaridades y dependencias mutuas, no es algo que pueda hacerse por decreto o por apelaciones a la voluntad.
Aun así, la estrategia tiene dos espacios geográficos donde la obsecuencia debe ser total: Europa y América Latina. En Europa, todo marchaba según lo planeado, la guerra en Ucrania condenó al belicismo a un actual y futuro desplome europeo. Las burguesías del viejo continente no se desalinearon, a pesar de que el capital estadounidense utiliza el conflicto para ganar competitividad respecto a ellas, amén a aislarlas en una guerra sin sentido y acelerar su desindustrialización.
El sur de América complica a los EE. UU., con Brasil fielmente alineado con los BRICS. El presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, que fundó el grupo de los BRICS en 2009, en la cumbre en Johannesburgo de 2023, dijo “No podemos aceptar un neocolonialismo que imponga barreras comerciales y políticas proteccionistas con el pretexto de proteger el medio ambiente”. Al término de la cumbre, el grupo anunció seis nuevos miembros: Etiopía, Egipto, Argentina, Irán y Arabia Saudita.
Cuatro meses después, Argentina rechazaría entrar al club de una población superior al 42% del mundo, el 28% del PBI mundial, el 40% de la producción de petróleo, cerca del 30% del comercio mundial, con un Nuevo Banco de Desarrollo, que actualmente está financiando proyectos por unos U$S 32.800 millones. De ahí en más, Argentina dio por iniciada su lenta peregrinación al medioevo.
Comenzaremos a tratar de entender por qué un país como Argentina juega a la estrategia de la obsecuencia, desairando a los BRICS, a pesar de que sus principales socios comerciales están en ese grupo y podría obtener financiamiento sin tener que recurrir al FMI. ¿Por qué esta obstinación por formar parte del grupo de los perdedores estratégicos a nivel mundial, o quién lo obliga sin obtener nada a cambio?
El cuadro siguiente muestra que los mayores socios comerciales de Argentina, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), son Brasil y China, países que la camaradería debería ser una moneda corriente, y no agredirlos como ha ocurrido sistemáticamente con el gobierno actual. Para quien lleva las relaciones diplomáticas y comerciales argentinas, léase, embajada americana y la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham Argentina), entiende que es una buena medida. Bueno. Analicemos a quién beneficia esta idea.
El comercio exterior argentino se apoya en cuatro grandes complejos exportadores que son responsables del 60% de las exportaciones del país. Estos son los complejos sojero, automotriz, petroquímico y maicero, que tienen como principales mercados a China, Brasil e India. La idea de ponerlos todos los granos exportables juntos, y no separar entre soja y maíz y sus derivados, se debe a que como muestra el cuadro, las empresas que los exportan son exactamente las mismas.
Más trágico resulta que, debido a los desaires y las agresiones del gobierno argentino hacia China, este país aumentó sus importaciones de soja de Brasil en un 11,4%. Este fue el primer aumento de estas compras en tres años. El volumen récord promete hacer de 2023 el mejor año de la historia para las exportaciones del agronegocio de Brasil. Los envíos crecieron de manera significativa, compensando la caída generalizada de los precios internacionales.
Si bien la fusión de las agroexportadoras Bunge y Viterra les otorga en Argentina el primer puesto en el comercio exterior de granos y derivados, suma mayor concentración a un sector que hasta ahora era dominado mayoritariamente por cinco empresas trasnacionales: ADM, Cofco, Bunge, Cargill y Dreyfus. ¿A qué no saben quiénes son los mayores exportadores de granos de Brasil? La multinacional Cargill lideró las exportaciones de soja y maíz, seguidas por Bunge, Cofco y Dreyfus. El principal destino de la soja brasileña el año pasado fue China. Es decir, la idea de no tratar con comunistas como Lula perjudica las exportaciones argentinas y beneficia al marxista carioca. No es preciso aclarar que a Viterra, Cargill, Cofco o Dreyfus les importa poco de qué lado de la frontera les llega el dinero, por eso la carencia de quejas por los desplantes del ejecutivo argentino, unido a la falta de retenciones.
El vencimiento del swap con China es otra disputa inentendible, y no es un asunto menor. El apremio por evitar que el gigante asiático exija el pago de esos 6.000 millones de dólares (5.000 + intereses) explica el viaje de emergencia a Beijing que armó la torpe canciller Diana Mondino para conseguir una prórroga. Los ataques sin sentido no son lo más insólito de la enemistad con China. Lo más sorprendente es que el FMI le confirmara al ministro Caputo que se olvide de fondos frescos, lo que activó la necesidad de armar una arquitectura financiera que le permita juntar los 5.000 millones de dólares, es decir, la enemistad con China es sólo por alineación obsecuente solamente.
El complejo petroquímico se encuentra a cubierto para EE.UU., ya que YPF domina el 49% del petróleo, y hoy es manejada por gente de Paolo Rocca, el CEO de la compañía “estatal” es Horacio Marin, anterior director de Exploración y Producción de Tecpetrol, la petrolera de Techint. La segunda productora del país, con el 16%, es Pan American Energy (PAE) y la tercera de gas. Esta forma parte del grupo Bridas fusionada con la estadounidense Amoco (hoy BP). Los principales productores hoy de Vaca Muerta son: YPF, Vista, Chevron, Shell, Petronas, Equinor, PAE, Tecpetrol, Exxon y Phoenix. (Si quieren ver la distribución presione aquí).
El litio, desvelo del Comando Sur, tiene su disputa en los compradores. EE.UU. importaba U$S 51.49 millones en 2019 y China nada, en el 2022, EE.UU. importa U$S 62.4 millones y China U$S 293.2 millones (para más información presione aquí). En cuanto a las empresas, la estadounidense Livent, que opera el Proyecto Fénix (Salar del Hombre Muerto), en Catamarca, tiene como propietarios BlackRock, Vanguard Grup y Wellington Management Company, mayor inversor en la petrolera VISTA. La otra grande, Sales de Jujuy (en el salar de Olaroz), es una sociedad integrada por la australiana Allkem (con 66,5% de las acciones), la japonesa Toyota Tsusho (25%) y la empresa estatal de la provincia de Jujuy, Jemse (8,5%). En el caso de Allkem, sus principales accionistas son las empresas bancarias y financieras JP Morgan (EE.UU.) y HSBC (Reino Unido), lo simpático es que los principales accionistas de HSBC son BlackRock y Vanguard, al igual que en JP Morgan.
El último de los complejos exportadores, el automotriz, tuvo una caída demasiado pronunciada, un 23.2% en los primeros tres meses del año, y las exportaciones un 7.9%, recordando que las mayores exportaciones son al comunista Brasil. La caída interna/ externa se debe no solo a la falta de insumos importados, sino que, además, incluyendo autopartistas, el sector acumuló un stock de deuda de US$ 7000 millones 2023 y no hay dólares para el 2024, tampoco hay precios internos debido a las oscilaciones del dólar para enderezar la venta de 0 Km.
Para llegar a Ushuaia, el presidente argentino decidió recorrer los 3.000 kilómetros que separan esa ciudad de Buenos Aires para demostrar que Estados Unidos será su gran socio en materia de defensa. Vestido de militar durante un acto en la base naval, Milei afirmó que “Occidente corre riesgo” y que los argentinos tienen “una afinidad natural” con Estados Unidos, con quienes comparten “la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada”. Después, anunció la construcción de una base naval conjunta en la zona. “Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”, todo esto sin que el congreso participe.
La OTAN tiene Malvinas, así que ceder lo que queda del sur no sería un mal negocio para Estados Unidos. En el mismo sentido de obsecuencia, la Autoridad General de Puertos (AGP) firmó un memorándum de entendimiento para que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense tenga presencia en la ruta fluvial. Este acuerdo del Gobierno con Estados Unidos implica que el ejército estadounidense se instale en la Hidrovía Paraná-Paraguay, un punto geopolítico estratégico en disputa.
El Paraná es la principal vía de exportación e importación de América del Sur y constituye el segundo nodo portuario agroexportador del mundo. Creer que el interés de los ingenieros militares estadounidenses es simplemente colaborar es ignorar lo escrito sobre los complejos exportadores en general, y con el sojero y maicero en particular. En la hidrovía operan multinacionales como ADM, Viterra, Bunge, Cargill y Dreyfus, muchas de las cuales poseen puertos privados y controlan la salida de la mayoría de las exportaciones del país.
Rosario y localidades como Puerto General San Martín o San Lorenzo cuentan con puertos, en su mayoría privados, desde donde sale el 80% de las exportaciones, principalmente granos, aceites, harinas y otros productos relacionados con el agro. No es una novedad que estos puntos también sean utilizados por el narcotráfico para sus actividades ilegales. Por lo tanto, la realización de ejercicios conjuntos entre un buque de la Guardia Costera de Estados Unidos, con 150 tripulantes, y sus contrapartes argentinas, para dar la impresión de contener a los narcotraficantes, no parece ser algo nuevo.
Lo único que ha logrado es desviar la atención del verdadero propósito y evitar el cumplimiento requerido por la ley 25.880 sobre el ingreso de personal militar extranjero. Esta ley establece un “procedimiento mediante el cual el Poder Ejecutivo debe solicitar al Congreso de la Nación la autorización para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio nacional y la salida de fuerzas nacionales fuera del mismo”. Sin embargo, el Congreso parece no estar tomando medidas al respecto.
Por último, quienes manejan el gobierno parecería que permiten y colaboran con esta obsecuencia geopolítica de Argentina sin obtener aparentemente beneficio a cambio. Eduardo Eurnekián es el creador y empleador de Milei y, por lo tanto, uno de los grupos económicos que gobiernan el país. Dueño de Corporación América, un conglomerado que incluye diversas agroindustrias, energía, petróleo, medios de comunicación, infraestructura y sector financiero, así como bancos. Para quien quiera ver el entramado empresario presione aquí.
En 2017, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, nombró al representante del sector empresario argentino, Eduardo Eurnekián, como el titular del Consejo Asesor Empresario de la Secretaría General del organismo multilateral con sede en Washington, puesto que mantiene hasta hoy. Lo acompañaron un flamante cuerpo de expertos que tendrá la tarea de asesorar al secretario general de la OEA y está integrado por la Unión Industrial (UIA), la Sociedad Rural (SRA), la Cámaras de Comercio y de la Construcción (CAC y CAMARCO), la Bolsa de Comercio (BCBA) y la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA).
Todos y cada uno de ellos forma parte de los 470.000 millones de dólares fugados del país desde 1980-2021 que están en el extranjero, según mis cálculos. Pero en el último tramo gobierno macrista, Informe de Mercado de Cambios, Deuda y Formación de Activos Externos 2015 – 2019, los datos se encuentran en el informe del BCRA y los nombres que la entidad bancaria no proporcionó se encuentran en El Cohete a la Luna, “Los 100 de Macri”.
El patrón de acumulación y las crisis que se manifiestan en el sector externo son un elemento decisivo la fuga de capitales al exterior. En ese marco, la exigencia de sostener un superávit comercial para obtener las divisas genuinas para intentar equilibrar lo que desequilibra la salida de capitales al exterior y los pagos de la deuda externa están intervinculados con la fuga, como lo demostró Eduardo Basualdo en múltiples libros. Comercio exterior, tipo de cambio, deuda y fuga, como muestra el gráfico siguiente de CIFRA, son los componentes que hacen que grandes grupos económicos y EE.UU. estén el mismo negocio, con tanto poder como para nombrar un presidente no apto para el cargo.
La mesa está servida en la geopolítica de la obsecuencia del caos controlado, con fractura mundial en Europa y una parte de América del sur. Dios salve a Brasil y nos brinde la indulgencia.