Rusia, China, África... ¿quién seduce a quién?
Ninguno de los movimientos geoestratégicos que realizan los rivales en disputa por obtener la hegemonía mundial son una casualidad, un accidente o productos del azar. Todos y cada uno de los ellos tienen una finalidad, una relación, un significado, y por sobre todo, una importancia dentro de una maniobra general. Por ejemplo, el día 20 de marzo, cuando el presidente chino Xi Jinping arribó a Moscú, se cumplían 20 años de la invasión americana a Iraq, la fecha no fue al azar. Un día antes comenzó “La Conferencia Parlamentaria Internacional Rusia – África en un mundo multipolar”, donde el presidente Vladímir Putin condonó más de 20.000 millones de dólares en deudas a países africanos.
Ordenemos un poco el tablero de este juego y veamos algunas, solo algunas de las organizaciones en la que el mundo euroasiático está tratando de articular, unido a los BRICS, lo que podría crear dos mundos y atraer a África.
Organización | Países miembros |
Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) | China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Pakistán e India (como miembro observador). |
Unión Económica Eurasiática (EAEU) | Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán. |
BRICS | Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica |
Fuente: El Tábano Economista en base a datos oficiales.
Indicadores de la suma de Organización de Shanghái + Unión Económica Eurasiática +BRISC
País | Población | PBI en MM | Expor. | Import |
Rusia | 146 | 1.480 | 422 | 232 |
Kazajstán | 19 | 186 | 62 | 32,5 |
Bielorrusia | 9. | 54 | 30 | 20 |
Armenia | 3 | 13.30 | 3 | 5 |
Kirguistán | 6 | 8.70 | 1,2 | 3,6 |
Tayikistán | 9.8 | 8.5 | 1 | 4,5 |
Uzbekistán | 34.60 | 54.70 | 12,4 | 12 |
China | 1.444 | 14.727 | 2592 | 2114 |
India | 1.695 | 2.875 | 323 | 498 |
Brasil | 213 | 1.352 | 209 | 168 |
Sudáfrica | 59.30 | 283 | 90 | 97,2 |
Total | 3.963 | 21.042 | 3.745 | 3.186 |
La suma de estas tres organizaciones dan, para el 2020, el peor año del PBI y el comercio mundial por la pandemia, que su peso es: 46% de la población mundial, el 25% del PBI y el 27% del comercio. A quien se está seduciendo es a África, donde hay 54 países que tienen el 1.8% del PBI mundial y unos 1.500 millones de personas, lo que da un 19% de la población mundial. Son el 28% de los votos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque sólo 40 acudieron al evento en Moscú, o sea, el 75% de esas naciones.
Para tener una idea de los movimientos de este juego, veamos algunos detalles. China decidió no hablar con la UE, pero invitó a Pedro Sánchez a Beijing, la convocatoria la justificó el cumplimiento del 50º aniversario de las relaciones diplomáticas de España con el gigante oriental, aunque la verdadera razón es que España ejercerá por quinta vez la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023, entre el 1 de julio y el 31 de diciembre. La ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue elegida por unanimidad por la junta de gobernadores del Nuevo Banco de Desarrollo como presidenta de este banco del grupo BRICS hasta 2025, mientras que el Presidente Lula Da Silva viajaría, ahora postergado, a Beijing del 26 al 31 de marzo.
Estas maniobras y sus articulaciones llevaban su tiempo, algunos jugadores fueron siempre activos, otros no tanto. La primera cumbre ruso-africana se celebró en octubre de 2019 en Sochi, con la participación de 43 estados africanos, mientras China invertía en África y Brasil llevaba largos periodos cultivando sus relaciones con el continente negro. Estados Unidos, por su parte, revivió el interés de seducir a África tras décadas de abandono. Con una cumbre de tres días en Washington en 2022 en la que participarán 49 países, y donde promete anuncios sustanciales que nunca llegarán a cumplirse. La vicepresidenta Kamala Harris prometió el 27 de marzo del 2023 más de 100 millones de dólares en asistencia a Ghana, y subrayó que los intereses de EE.UU. en las naciones africanas se extienden más allá que competir con China.
La disputa a detalle en el siguiente cuadro:
Materia prima | Principales países productores |
Petróleo | Nigeria, Angola, Argelia, Libia, Egipto, Sudán |
Oro | Sudáfrica, Ghana, Tanzania, Mali, Burkina Faso |
Diamantes | Botswana, RDC, Sudáfrica, Angola |
Uranio | Níger, Namibia |
Aluminio | Guinea, Mozambique |
Cobre | Zambia, RDC, Sudáfrica |
Cobalto y Magnecio | Congo, Zambia, Marruecos y Uganda |
Café | Etiopía, Uganda, Costa de Marfil |
Grafito | Madagascar, Mozambique, Kenia, Nigeria, Tanzania |
Litio | Sudáfrica, Congo, Zimbaue |
Maíz | Nigeria, Sudáfrica, Egipto, Tanzania |
Soja | Nigeria, Sudáfrica, Zambia |
Hierro | Sudáfrica, Mauritania |
Plomo | Marruecos, Namibia, Sudáfrica |
Zinc | Namibia, Sudáfrica |
La guerra ha echado por tierra cualquier intento de sustitución de energías desde el referéndum de Berlín sobre el posible adelantamiento al 2030 del objetivo de neutralidad climática de dicha ciudad alemana tenía para el 2045. O el consumo de energía renovable, que aumentará aproximadamente un 11% en el 2023, según el informe Energy Outlook 2023 de The Economist. Más uso de la energía nuclear, carbón, petróleo, gas, etc.
Aun así, el Banco Mundial pronostica que la producción de minerales críticos tendría que aumentar en casi un 500% si la inversión en energía renovable y otras tecnologías verdes aumentaran a los niveles necesarios para evitar los peores impactos del cambio climático. Los minerales críticos son aquellos que se utilizan para producir tecnología ecológica, como paneles solares, turbinas eólicas y baterías. Estos minerales incluyen grafito, litio, cobalto, cobre, manganeso y metales de tierras raras. Los minerales de África jugarán un papel clave en esta transición, pero ¿hasta qué punto se beneficiará el continente?
El desafío es que una cantidad muy limitada de los minerales críticos de África se procesa en el continente. China es el actor dominante en este procesamiento, y refina el 73% del cobalto, el 40% del cobre, el 59% del litio y el 67% del níquel. Una gran parte de estos minerales se importa sin procesar de otros lugares, incluida África. China también domina las cadenas de valor de la tecnología verde, produciendo más del 80% de los paneles solares del mundo y más del 70% de las celdas de batería de iones de litio del mundo.
La rivalidad entre Estados Unidos, China y Rusia incluye una carrera para asegurar los minerales que son críticos para la energía verde (África tiene algunos de los mayores suministros del mundo) y una disputa sobre el alivio de la deuda, ya que las cargas para los países pobres aumentan junto con las tasas de interés. Quien comenzó esta receta fue Rusia, y tanto China como los EE.UU. no han tomado partido financiero todavía, aunque seguramente lo harán.
El itinerario de Harris incluyó a Zambia y Ghana, que han incumplido el pago de la deuda desde que los golpeó la pandemia de COVID-19 y están tratando de reestructurarlas. Zambia, que tiene una deuda que supera los 17.000 millones de dólares, le debe más de un tercio a prestamistas chinos, por lo que coquetear con los americanos no es un mal negocio, sólo hay que saber qué pone cada uno sobre la mesa. Todos están cortejando a las élites africanas para que sirvan a sus intereses, y los estados africanos están tratando de jugar con Moscú, Washington, Bruselas y Beijing para obtener la máxima ventaja.
Tal es la importancia del continente africano para la política exterior china que la primera visita oficial de Xi Jinping como jefe de Estado en 2013 fue a África. También en su reelección en 2018. Para 2023 no resulta diferente, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Qi Gang, no es el único que recorrió el continente en enero. Las capitales africanas han estado en el centro de un intenso ballet diplomático entre EE.UU., Rusia y Turquía.
En las últimas décadas, China se ha convertido en el principal socio económico de África. El volumen de comercio entre ambos pasó de 1.000 millones de dólares en 1992 a más de 186.000 millones en 2021. Pekín calcula que en 2035 esta cifra podría alcanzar los 300.000 millones de dólares. Según la derecha, la clave de esta relación comercial y política está en el modelo Angola. Una fórmula en la que África exporta recursos a China y esta le ofrece ayuda financiera en forma de créditos y construcción de infraestructura. Si le sacan la infraestructura, es un calco al FMI para Latinoamérica.
Europa con sus apuros no se queda atrás, ve su hegemonía en el continente africano en peligro, por lo que anunció a principios de año un ambicioso plan de transformación digital y desarrollo sostenible para contrarrestar la influencia de China. Un paquete de inversiones de 150.000 millones de euros hasta 2027. ¿Y por qué Bruselas quiere invertir en estos sectores? Así lo explicaba Ursula von der Leyen: “Somos muy buenos financiando carreteras, pero no tiene ningún sentido para Europa construir una muy buena carretera entre una mina de cobre de propiedad china y un puerto de propiedad china”. Al final, tan solo se trata de una pugna por el poder.
La verdadera pelea se centra entre EEUU y China. Países como Egipto y Marruecos tienen estrechas relaciones comerciales con Rusia, mientras que Sudáfrica ha permitido que buques de guerra rusos y chinos realicen ejercicios en sus aguas. De todas maneras las mayores exportaciones rusas se basan en armamentos, de hecho Moscú exporta material bélico por un monto mayor que EEUU, Francia, China y Turquía juntos.
Pero como muestra el cuadro, todo occidente no alcanza a emparejar el comercio chino; al parecer África es una cuestión china. El aumento del comercio de los BRICS con África alcanzó los U$S 376 mil millones en el 2021, y aunque China es la que manda, India y Sudáfrica han incrementado ostensiblemente sus intercambio.
Probablemente los países africanos, al igual que muchas otras naciones emergentes en el Medio Oriente, Asia o América Latina, no son receptivos a un enfoque de «con nosotros o contra nosotros». Tener que elegir bando podría retrasar los esfuerzos para desarrollar sus economías, y prefieren hacer negocios con ambos lados. La idea que la relación con Estados Unidos no afecte los vínculos africanos con China y viceversa, es, al igual que en Latinoamérica, falsa.
China y Rusia pueden ser más pragmáticos que Estados Unidos o la Unión Europea, entendiendo este pragmatismo como cuestiones de negocios. EE.UU. no lo entiende así y Europa no tiene opción de materias primas necesarias para su invento de sustitución energética. Las acciones africanas deberían ser seguidas por Latinoamérica, que está inmersa en el mismo juego que el continente negro.