Todo lo que pueda pasar ¿ya pasó?
La presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes Independientes de Alemania, Marina Linnhoff, propuso que el gobierno alemán ofrezca bonos turísticos de 500 euros para que los jubilados pasen el invierno en países con climas cálidos, a fin de ahorrar en calefacción; los llaman viajes Anti-Putin.
También durante esta semana se conoció el desacuerdo sobre el sexto paquete de sanciones europeas, que incluye una prohibición parcial a las importaciones de petróleo ruso, después de que Hungría retirara las objeciones que lo habían estado retrasando. El crudo por oleoducto no se toca, como concesión a Hungría, y otros países sin litoral, como la República Checa, Eslovaquia y Austria, que dependen de los suministros rusos a través del oleoducto Druzhba. O sea, nada. Recién en el 2023 puede que la UE se ponga de acuerdo con los cuatro países que abiertamente se oponen a las sanciones.
Mientras tanto, 40 de las 56 empresas que compran gas ruso comenzaron a pagarlo en rublos. Las últimas fueron las empresas de energía RWE y UNIPER, con sede en Alemania. La primera no solo pagó través de la cuenta gas de Gazprombank, sino que firmó un contrato a largo plazo con Gazprom para el suministro de gas natural para 2023. La empresa Uniper también pagó el gas por primera vez bajo un nuevo esquema propuesto por Moscú.
En abril, cuando la economía, las energéticas y los alimentos no habían saltado por el aire, el Banco de España realizó una simulación de los efectos adversos por una interrupción en las importaciones europeas de materias primas energéticas producidas en Rusia, aclarando que podría ser peor, cosa que sucedió. Aun así, entendía que la intensidad del impacto sería heterogénea entre los países de la Unión Europea en función de su dependencia energética de Moscú. Por ejemplo, en torno al 18% de los productos de la minería energética (gas y carbón) y el 9% de los productos derivados del petróleo que se consumen en la UE se importan de Rusia, frente al 3% y el 2,5%, respectivamente, en el caso de España.
Según los resultados obtenidos, una hipotética interrupción de importaciones energéticas procedentes de Rusia acarrearía un impacto sobre el PIB de la economía española de un -1,4% a lo largo del primer año. En el caso de otras economías europeas, el impacto se situaría entre un -3,4% para Alemania, un -2% para Francia, y un -3,9% para Italia. El golpe sobre el conjunto de la UE se situaría entre un -2,5% y un -4,2% del PIB. Pero esta, que era una idea hipotética, se llevó a cabo no por la iniciativa rusa de cortar los suministros, sino por decisión europea.
Se consideró también un ejercicio adicional en el que, además de una supuesta interrupción de las importaciones de materias primas energéticas rusas, se asume qué las tensiones geopolíticas asociadas a la guerra podrían conducir a un cese total de los flujos comerciales entre Rusia y la UE, lo que también sucedió.
En el caso español se perdería un -1.8% del producto, entre comercio y energía, y un aumento del 1.4% de la inflación, aunque en el peor de los casos los números se elevarían al -2.4% del PBI y 1.7 puntos más de inflación para España, que está mucho menos expuesta que el resto del Europa, cuyos números se reflejan en el cuadro.
Lo cierto es que todos los indicadores proyectados por el banco central español en la realidad fueron mayores a los simulados. En mayo hubo un récord de inflación anual de la zona del euro, que alcanzó el 8,1%. Si se analizan los principales componentes de la inflación de la eurozona, la energía registró la tasa anual más alta en mayo, 39,2%, seguida de alimentación, alcohol y tabaco, con 7,5%, bienes industriales no energéticos, 4,2%, y servicios, 3,5%. La inflación en EE.UU. no cambió demasiado, pero podría haber dejado atrás su techo (8,5% de marzo), aunque sigue mostrando una fuerza inusitada. El IPC se situó en abril en el 8,3%.
Pero, como dijimos, no todos sufren igual. Las grandes compañías energéticas americanas han aumentado su cotización o capitalización bursátil entre un 30% y un 90%. Desde Exxon Mobil, que subió su cotización un 30%, y sus ingresos netos desde enero en 100.73%, a Occidental Petroleum Corporation, que fue la que más se capitalizó, aumentó sus ingresos netos anuales en un 3439.73%.
A las empresas europeas no les fue nada mal tampoco. En el caso alemán, más allá de RWE y UNIPER ya nombradas, la empresa energética E.ON, que administra el gasoducto Nortd Stream I,cerró el primer trimestre de 2022 con un beneficio neto atribuído de 830 millones de euros. En el conjunto de los tres primeros meses del año, los beneficios fueron de 29.507 millones de euros, un 60,3% más que los años anteriores. Asimismo, la empresa registró unos ingresos extraordinarios atípicos de 29.383 millones de euros, casi diez veces más que en el primer trimestre de 2021.
Las energéticas españolas ya habían sido un escándalo de ganancias en el 2021. Las seis empresas energéticas del IBEX 35 ganaron 10.117 millones de euros en 2021. Las cuatro grandes eléctricas del IBEX 35 poseen 89 filiales en paraísos fiscales. Iberdrola posee 48 en Delawere, Naturgy 28 en Panamá, Puerto Rico y Singapur, Red Eléctrica dos, una en Luxemburgo y otra en Países Bajos mientras que Endesa una sola en suelo holandés.
Todas cuadriplican no sólo sus resultados del año de la pandemia, sino también los de 2019, sin guerra mediante. Repsol, con el aumento del crudo Brand en el último trimestre de 2021, le hizo ganar 560 millones de euros de octubre a diciembre. El crudo Brent, la referencia en Europa, pasó de U$S 50 a cotizar a 86 dólares el barril a principios de 2022 niveles no vistos desde el 2008. Esa cotización es de Enero 2022 ahora se encuentra 122 dólares, ¡vivan las sanciones!! Repsol, Iberdrola, Naturgy y Endesa, obtuvieron un beneficio conjunto de 3.135 millones de euros en el primer trimestre de 2022, un 23% más que los 2.547 millones obtenidos en idéntico periodo de 2021
El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio con sede en Finlandia afirma que Rusia ganó 66.500 millones de dólares con las exportaciones de combustibles fósiles desde el 24 de febrero, el día que comenzó la invasión en Ucrania. China está de parabienes, al igual que la India, con precios más bajos del petróleo y gas ruso que se redireccionan hacia Asia. Rusia ya encontró nuevos clientes para su crudo en Asia y el Pacífico, y el caso específico de China se espera exportar por un total de 200 MM para fin de año. Los volúmenes de comercio de yuanes-rublos han aumentado un 1.067% desde que Rusia invadió Ucrania.
No hemos tomado las ganancias de los cinco mayores países exportadores de trigo y maíz, de donde tendríamos que sacar a Rusia y Ucrania, pero ambos productores aumentaron desde enero 35% y 46%, respectivamente. La capitalización del mercado de armamento, ya expresado en artículos anteriores no contemplaba que Rusia utiliza un dron, Orlan-10, construido en esta nación pero principalmente con piezas provenientes de EEUU, China, Taiwán, Francia, Japón, Suecia, Israel entre otros lugares. Por lo que ante semejante amenaza para Ucrania, EE.UU. se prepara para entregar su sistema móvil de cohetes de precisión HIMARS, el último intento de fortalecer sus fuerzas con equipos avanzados de guerra contra el empuje ofensivo ruso.
Uno escucha de los expertos occidentales que maquillan los beneficios de la guerra diciendo que Putin quiere ser un nuevo zar, que presida un nuevo imperio ruso. Supongamos que esto fuera cierto, solo el daño a la infraestructura de Ucrania supera el billón de dólares, en un país cuyo PBI no alcanzaba los 136.000 millones de dólares al año antes de que comenzara la guerra. Simplemente reparar el país requeriría ocho veces el producto nacional del país, lo que por supuesto es imposible. O algún oligarca se convirtió en Halliburton.
Incluso si se pudiera encontrar el dinero, ¿quién haría las reparaciones? Antes de la guerra, Ucrania tenía 45 millones de personas en el papel, pero solo 33 millones en realidad en el país, porque la mitad de la población adulta se había ido a trabajar a otro lugar. Al menos 14 millones de ellos han sido expulsados de sus hogares y la mayoría no regresará. Después de todo, a los polacos, húngaros y alemanes les falta gente y con gusto aceptarán inmigrantes de Ucrania en lugar de inmigrantes de Medio Oriente o África.
Se ha escrito que las sanciones son para que los rusos no apoyen a su presidente, o, peor aún, que no pueda financiar la guerra, o que se dé por vencido y que pierda. Quizás los estadounidenses pensaron que la economía rusa colapsaría, pero eso no pasó. Pueden haber pensado que Putin perdería su poder, pero las encuestas marcan que no. Como en otras ocasiones, pueden simplemente matar a muchos rusos. Descubrirán que es desagradable luchar contra ellos, como lo hicieron sus abuelos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, como dijo de los rusos el mejor general de Hitler, von Manstein, justo cuando crees que los has matado a todos, otro grupo de ellos cruza la colina.
Todos los países recordarán el buen motivo expresado por Kissinger: Es peligroso ser enemigo de EE.UU., pero muchas veces lo fatal es ser su amigo. En este caso está resultando fatal para el mundo. Biden no tiene más plan para la inflación que subir las tasas, lo que a todas luces llevará a una estanflación. Dawn Fitzpatrick, directora de inversiones de Soros Fund Management, describió una recesión como «inevitable». Si esto es cierto, como venimos prediciendo que la recesión es inevitable, pero con ganancias extraordinarias para las grandes empresas, porque los ganadores, Rusia, Asia, Europa quisieran terminar con la guerra o porque EEUU quisiera, no parece tener sentido.