El cambio climático está siendo uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos en estos últimos tiempos. Según Oxfam Intermón, algunas de sus consecuencias que más nos afectan directamente son: el aumento de las temperaturas, una mayor intensidad en las tormentas, la propagación de enfermedades, olas de calor más fuertes, aumento del nivel del mar, alimentos más caros…

Y no solo eso, en España casi el 11% de las muertes son provocadas por la contaminación, poniéndole una cifra... son casi 44.600 personas mayores de 14 años las que fallecen por esto al año. 

Todavía queda mucha conciencia por formar, desde el nivel más cercano a nosotros (nuestras casas), hasta el que vemos más alejado, pero que, en realidad, nos influye muy directamente: las instituciones.

¿Cómo podemos pedir a la ciudadanía que tenga conciencia ecológica si algunos de nuestros representantes en el Congreso de los Diputados siguen negando la evidencia de la existencia del cambio climático y sus consecuencias?

¿Cómo vamos a educar a las nuevas generaciones si seguimos dando voz (e importancia) a aquellos que juegan con nuestro futuro?

Esta es una pequeña, pero no por ello menos importante, reflexión que todos y todas deberíamos hacer. ¿Es más importante un titular que el bienestar del único planeta que tenemos y que tanto nos ha dado?