Una sociedad que no está unida, donde prevalece el insulto y la descalificación, está abocada al fracaso
Olvidé pedir perdón, pues parece que mi única motivación era el lucro personal y la realidad es que soy una persona: vaga, abandonada, y egoísta.
No se me ocurre negarles el derecho a opinar, no faltaba más, pero me invade una enorme pena, no por mí, yo sé, cómo y porqué, ayudé a hacer lo que relataba en el articulito de marras.
Lo que me apena es: ¿Por qué tanta gente disfruta manchando el nombre de los demás? Cierto, es algo generalizado, lo vemos en los políticos, en vez de aunar fuerzas, las gastan en insultarse y así nos va.
Es verdad, que muchos de ellos lo hacen para tener poder y dinero, pero nosotros, los vecinos, que compartimos la vida en un mismo lugar, que tenemos, más o menos, los mismos problemas en nuestra convivencia ¿qué ganamos con despellejar, precisamente, a los que hacen cosas por su entorno?
Pensareis algunos: ¿Quién se piensa este bisabuelete que es? ¿Con qué derecho se pone a dar consejos? En principio con el mismo derecho que tiene todo ciudadano a dar su opinión y, sobre todo, porque quiero a mi barrio, conozco su potencial, y no puedo permanecer impasible ante esta creciente ola de negatividad, sólo se habla de lo malo, y si alguien se atreve a ser positivo…
Viene la Navidad, unas fiestas de amor y paz, yo, mis queridos vecinos, le pediré a los Reyes Magos que en Los Mallos, el espíritu navideño se extienda al resto del año que va a empezar. FELICES FIESTAS Y AÑO NUEVO.