Metatarsalgia

La metatarsalgia es una afección dolorosa que afecta a la parte plantar y delantera del pie, es decir, al metatarso. Esta condición puede causar molestias al caminar, correr o a la hora de ponerse algún tipo de zapato, afectando y alterando la calidad de vida de quienes la padecen. Vamos a intentar explicar las principales causas, síntomas y opciones de tratamiento para esta afección. 

Existen múltiples causas que pueden derivar en una metatarsalgia, para poder abordarlas, vamos a agrupar las más frecuentes en diferentes grupos: 

  • Condiciones Anatómicas: Algunas características anatómicas son predisponentes a generar una sobrecarga en la zona metatarsal. A nivel del antepié si encontramos una fórmula metatarsal irregular, un primer metatarsiano demasiado corto en relación al resto o hipermóvil, puede ocasionar esta descompensación de cargas. En cuanto a morfología del pie en conjunto, un pie cavo o valgo también puede generar mayor presión a nivel de la almohadilla metatarsal. 
  • Alteraciones musculares o biomecánicas: Un pie inestable, equino, con acortamiento de la musculatura posterior, descompensación entre musculatura flexora y extensora del pie, una mala técnica de carrera o determinadas compensaciones en la marcha, etc. son factores que pueden desencadenar un abuso del apoyo de las cargas en la zona metatarsal. 
  • Patologías metabólicas o asociadas a la edad: Algunas enfermedades de tipo reumático, sobrepeso, o la ausencia de grasa a nivel de la planta del pie son factores de riesgo para padecer metatarsalgia. 
  • Calzado: como ya sabremos, el calzado de tacón predispone a mayor dolencias del metatarso, así como el calzado rígido y estrecho. 

Por otro lado, hay diferentes tipos de metatarsalgias: Mecánica, Compresiva o Inflamatoria. Su diagnóstico y clasificación dependerá de la exploración y valoración por parte de un profesional. 

El síntoma fundamental es el dolor y la incapacidad para correr e incluso andar adecuadamente. Algunas veces los pacientes también refieren entumecimiento del pie o ardor en la zona metatarsal. La situación topográfica del dolor nos será de gran utilidad para llegar a un diagnóstico preciso. Otro síntoma característico es la aparición de callos y durezas. Su presencia nos revelará en muchas ocasiones el origen del problema. 

En función del tipo de metatarsalgia, su origen, las características de cada paciente y su estilo de vida, se plantea una vía de tratamiento diferente. Entre todos los tratamientos posibles podemos encontrar fisioterapia, terapia funcional, tratamiento con plantillas ortopodológicas, ortesis de silicona, ejercicios de movilidad y estiramiento, observar y valorar calzado. A veces, en casos más graves y prolongados tenemos que recurrir a las infiltraciones y, en casos crónicos, a la cirugía para corregir alguna deformidad subyacente o aliviar la presión sobre los tejidos.