Reposo

El reposo es fundamental e imprescindible, si hablamos de hacer una paella. Pero si la  palabra sale de la boca del médico, pregúntale “¿por qué?”. 
reposo
Reposo

Cada vez es menos habitual, pero todavía sucede que ante determinados problemas de salud se recomiende reposo.  

Vamos a comenzar por preguntarnos el significado de reposo para cada uno. Este término es muy subjetivo a cada persona según su rutina diaria. También aparece este problema cuando escuchamos aquello de “ puede hacer su vida normal”. Así pues como unidad de medida “reposo” o “vida normal” se nos queda cojo y poco conciso. Quizá la prescripción de reposo es la forma rápida de que la persona se esté quietiña y no vaya a escarallarse más. Pero… ¿de verdad merece la pena que esa persona deje a un lado la actividad física que realiza? ¿Seguro que los beneficios son mayores que los perjuicios?  

Pongamos diversos ejemplos para verlo más claro.  

  • “Me rompo una pierna y tengo escayola”. Todavía te quedan 2 brazos y otra pierna con  la que entrenar. Además, entrenar la pierna sana va a favorecer que la pierna lesionada  pierda menos fuerza (os juro que es verdad, se han hecho estudios y otro día os lo cuento).  
  • “Me ha comenzado a doler un hombro y estoy pendiente de que me hagan pruebas”. No pasa nada, sigues teniendo 2 piernas que entrenar, los ejercicios de brazos de adaptan a lo que el hombro pueda hacer, y si no, pues entrena el brazo sin dolor. Pero seguro que a ese hombro que tiene molestias le viene bien moverse (otro día profundizamos en la cronificación del dolor o del hombro congelado).  
  • “Me ha comenzado a doler la espalda y en cama estoy sin dolor”. A veces el reposo hace que el dolor no aparezca, pero no quiere decir que vaya a solucionar el problema (otro día hablamos de las “contracturas”, que da para largo).  

Por supuesto, hay muchos contextos y en algunos el ejercicio puede estar contraindicado. Pero es una medida que no debemos de tomar a la ligera, sobre todo en población frágil como pueden ser algunas personas de edad avanzada. En esta población una hospitalización o la inactividad por algún tipo de dolencia puede provocar una pérdida funcional y volverlas más dependientes. Por ello se debe promover más la actividad que el reposo, para mantener lo mejor que se pueda las capacidades mientras  no recupera su estado de salud. 

Así que ante una circunstancia que te impida practicar tu actividad física con normalidad,  si la realizas por tu cuenta busca asesoramiento para buscar alternativas. Si vas a algún centro a realizarla, infórmales e intenta, si es posible, que te adapten los ejercicios. Pero nunca dejes de moverte, porque el reposo viene bien para el arroz, pero no para las  personas.