No-violencia y toma de consciencia
Hace 230 años el filósofo Emmanuel Kant escribía: el principio de la apercepción es el más elevado de todo el conocimiento humano. No soy filósofo pero lo que dice este gran pensador resuena con mi experiencia.
Esta cuestión de la apercepción es fundamental para la no-violencia. Este acto de conciencia de sí, simultáneo a la conciencia de la percepción, es lo que permite establecer una distancia entre uno y el mundo y también entre uno y sus propios pensamientos y emociones, creencias, juicios de valores, miedos, frustraciones, resentimientos, deseos de venganza, y también entre uno y sus enfermizos deseos de riqueza y de poder… es decir entre uno y lo que corre peligro de acabar en la violencia y la destrucción.
Este acto de la conciencia de "darse cuenta" permite el acto no-violento intencional. Permite resistir a la violencia y a la propia violencia, canalizarla o rechazarla, sea la que se recibe o la que se inflige a otros.
Este "darse cuenta" apareció con la conciencia existente en el primero homo-sapiens. Es decir, ya desde el origen tenemos la capacidad de decir Sí o No a la violencia. Esta capacidad de elección "nos condena a ser libres" decía Jean-Paul Sartre. Pues, el hecho de poder elegir nos hace libres. Alguien dirá: "entonces si yo elijo ser violento, soy libre". ¡Quizás! pero esta libertad elimina la de otros, lo que es encadenarse y eso no es libertad. Es por esto por lo que decimos que la no-violencia cumple también la función social de desencadenarse del sufrimiento. Hoy estamos frente a esteS í y a este No, frente a esta elección: violencia o no-violencia.
Esto puede parecer simplista, pero podemos decir que el mundo hoy esta fragmentado en dos intenciones, la de la no-violencia y la de la violencia, o la noexistencia decía Martin Luther King. Entonces, hay un mundo que pretende mantenernos en paz, pero con violencia, con las armas, siempre más armas, y con una espada de Damocles nuclear puesta en nuestras cabezas que puede en solo 4 minutos hacer desaparecer todo en este planeta. Este mundo pretende actuar por la paz, pero está sobrepasado, desbordado por las violencias que él mismo genera: violencias físicas, económicas, raciales, religiosas, sexuales, psicológicas, institucionales. No solamente este mundo genera estas violencias, sino que además quiere resolverlas de nuevo con la violencia; ¡un círculo cerrado!
Omnipresente, la violencia se ha normalizado y legitimado hasta considerarla como natural. ¡A menudo, en este mundo, la violencia es la solución, no un problema… ¡y esto es un problema! En este mundo la no-violencia no existe, se ignora o se desacredita. Evidentemente, porque no es útil para este mundo orientado por una lógica violenta. Pero, en este mundo: ¿dónde está la conciencia? ¿en qué estado se encuentra la conciencia? ¿existe? ¡Sí, existe!... y empieza a manifestarse con fuerza.
Hoy aparece otro mundo en el que las conciencias se comunican; nadie está aislado. Una conciencia colectiva planetaria está surgiendo mostrando que frente a la violencia hay también la posibilidad de no-violencia. Violencia y no-violencia son ambas caras de la misma pieza. Cuando hay violencia hay siempre y necesariamente la posibilidad de soluciones no-violentas. Pero todavía no hemos adquirido esta gimnasia mental que consiste en considerar sistemáticamente la posibilidad de noviolencia cuando hay violencia. No digo que esto sea fácil, pero se aprende, así como la violencia se aprende como lo confirmo la Unesco en 1989, luego la Organización Mundial por la Salud en 2013. La no-violencia se aprende. Ella se cultiva por la reconciliación con otros y la reconciliación con uno-mismo. ¿Cómo puedo pretender que el mundo cambie si no limpio mi propia casa al mismo tiempo?
Termino con una cita de Víktor Frankl, que, después de haber sobrevivido a 3 años de campos de concentración nazis, inventó la logoterapia que apunta a iluminar el sentido de la vida: "la libertad del hombre consiste simple y únicamente en elegir entre dos posibilidades: escuchar su conciencia o no hacer caso de sus advertencias". Les agradezco su atención y concluyo confirmando que adhiero a la Marcha Mundial por la paz y la no-violencia porque me parece que, en lugar de crear muros como se hace actualmente, son puentes los que hay que crear entre los seres humanos, entre las culturas, entre las diferencias, puentes entre las conciencias.
Intervención durante las jornadas preparatorias de la Segunda Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. Ayuntamiento de Madrid - Cibeles (España) Mesa redonda "La no-violencia y la espiritualidad en el mundo de hoy". Aurora Marquina (antropóloga, El mensaje de Silo), Moisés Mato (Teatro de la escucha, Noviolencia 2018), Houssien El Ouariachi (Colectivo ONDA), Philippe Moal (Centro de Estudios humanistas Noèsis).