El CGAI acogió ayer el evento organizado por Mundo Sen Guerras e Sen Violencia para exponer dos cuestiones de especial relevancia en nuestra sociedad: La inclusión de personas con diversidad funcional en el acceso a la cultura y el peligro de las armas nucleares. Temas, ambos, que están relacionados con el progreso del ser humano porque, como dijo la presidenta de la organización Marisa Fernández: “Para que una sociedad crezca, para que nadie se quede atrás, hay que incluir a todas las personas y a todas las culturas que conviven en un mismo pueblo. Tiene que haber progreso para todos y todas, si no, no lo hay para nadie.”

El evento comenzó con la visualización de una mesa redonda en la que los representantes de Aspronaga, Aspace, Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Galicia y ONCE Galicia reflexionaron acerca del pasado, presente y futuro de la inclusión de las personas con discapacidad en la cultura. La mesa, que llevaba por título “Caminando hacia una cultura accesible”, acercó la visión y experiencias de personas con discapacidad intelectual, con parálisis cerebral, ciegas y sordas.

En cuanto al pasado las organizaciones destacaron la invisibilidad de las personas con diversidad funcional y recalcaron la importancia de haber realizado esfuerzos para que todas las personas comprendiesen que existían en el mundo seres humanos que, por una cuestión de necesidades específicas, quedaban excluidos de la vida en sociedad y también de la cultura. Fue ese esfuerzo por hacer ver la discapacidad, mejor dicho las discapacidades, el que impulsó los cambios que hacen del presente un mundo más accesible de lo que era hace unos pocos años. Aunque el presente no es perfecto. Hay espacio para la mejora. Todos los colectivos reflejaron el radical avance que las nuevas tecnologías han tenido para sus diversos usuarios y cómo el cambio de paradigma con la pandemia ha permitido ir un paso más allá mediante el mundo online.

No obstante, el futuro es un campo abierto para la mejora. Desde Aspronaga se habló de la necesidad de caminar hacia una inclusión que termine logrando que cada vez más, servicios como los suyos desaparezcan. Lo ideal, según comentaron, es que la integración sea lo más completa posible. En Aspace tienen claro que es importante que las personas que organicen eventos culturales se acuerden de que existen y que la accesibilidad de los espacios públicos sea la norma y no la excepción. Por su parte, Once Galicia, dejó claro que el hecho de que existieran actividades para personas con discapacidad era bueno, pero que el futuro pasaba por hacer que las personas con diversidad funcional pudiesen consumir cultura todos los días. En el caso del representante de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Galicia, ve el futuro como el momento perfecto para incidir en la formación de los profesionales que son prioritarios en su inclusión: Los intérpretes de lengua de signos.

El principio del fin de las armas nucleares.

El objetivo de los organizadores, Mundo sen Guerras e sen Violencia, era realizar un evento inclusivo y accesible para hablar de la noviolencia activa. El trabajo de la asociación pasa por reivindicar un mundo pacífico y seguro para todos. Ese era el mensaje del documental que pudimos ver la tarde pasada en el CGAI: “El principio del fin de las armas nucleares.” Su director, Álvaro Orús, presentó su obra recalcando la importancia de lograr que España ratifique el TPAN (Tratado de prohibición de armas nucleares). Este tratado internacional entró en vigor el 22 de enero, pero todavía faltan muchos países por ratificarlo. Para que así sea, activistas como este director y la asociación organizadora, trabajan cada día informando a la sociedad de lo que las armas nucleares significan.

El documental hizo un repaso por la historia de las armas nucleares y de las diferentes posturas de gobiernos y sociedad al respecto. También pudimos ver los testimonios de personas que han sufrido un ataque nuclear en sus propias carnes. El mensaje del filme es claro: Las armas nucleares son un peligro para las vidas de las personas y ya no hay nada, si es que alguna vez lo hubo, que justifique su existencia. La sociedad también tiene su propia labor en el proceso de desaparición de este armamento. Un trabajo que pasa por ser conscientes del problema y transmitir el mensaje hasta que ningún gobierno pueda hacer oídos sordos a un verdadero clamor social.

El evento terminó con las preguntas de los asistentes. Marisa Fernández, en representación de la organización, habló de los pasos que MSGeSV proyecta realizar para lograr que el TPAN sea ratificado. La asociación se reunirá con los partidos políticos con representación en los ayuntamientos de la comunidad, para que presionen al gobierno de España. En definitiva, que los activistas por y para La Paz tienen todavía mucho trabajo por delante y lo encaran con esperanza.