La Compañía de Tranvías da Coruña lleva operando en la urbe desde 1903, cuando el transporte público ofrecía la curiosa estampa de un tranvía tirado por mulas. Desde entonces y con extraordinarias limitaciones temporales, la empresa ha ostentado siempre el puesto de la adjudicataria del servicio de transporte urbano en la ciudad.

No obstante, los últimos años han venido marcados por la discordia entre la empresa y los diferentes gobiernos municipales. Unos desacuerdos que han terminado por dirimirse en los tribunales. El primero de ellos tuvo que ver con la fecha de expiración del contrato concesionario. En el año 2016 el gobierno municipal encabezado por Marea Atlántica advirtió a la compañía que, conforme a un cambio en la materia de la regulación de los contratos del transporte público, su concesión expiraría en 2017, 30 años después de su adjudicación. De hecho, por aquel entonces se hablaba de negociaciones con otra empresa que tomaría el testigo de la histórica compañía herculina.

Finalmente en 2020, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea falló a favor de la compañía de autobuses, que argumentaba que la fecha desde la que empezar a contar los 30 años normativos no era la señalada por el ayuntamiento, sino como mínimo una 10 años posterior. La resolución judicial fijó que, como muy pronto, la concesión del servicio expiraría en 2024.

La segunda sentencia llegó en octubre de este año 2021, cuando el TSXG condenó al consistorio municipal a devolver el dinero perdido por la compañía de autobuses a causa de la bajada de precios que La Marea Atlántica había fijado en la legislatura anterior.

La pretensión por parte de la empresa de subir los precios de sus tarifas llega después de haber presentado en 2020 unas pérdidas de 2,74 millones de euros. Una situación debida, principalmente, a las medidas derivadas de la crisis sanitaria provocada por la pandemia. Esta repercusión negativa en las cuentas de la compañía está contemplada por el Estado que la compensará con 5,44 millones.

La subida del precio del autobús urbano es una mala noticia para los vecinos coruñeses que ya vienen reclamando mejoras urgentes en su servicio de transporte urbano, pero que solo reciben malas noticias desde el gobierno y la empresa. Hace poco conocíamos el cambio en las tarjetas monedero para los buses, que obligaban a ingresar un mínimo de 10 euros, a diferencia de los 5 habituales. Ahora se prevé un aumento del 18.3% en nuestro gasto de movilidad diaria. Un encarecimiento que no parece ir de la mano ni con los intereses generales de los ciudadanos ni con su satisfacción al respecto del servicio.