Agra do Orzán
Una fuente de tres siglos escondida en el Agra del Orzán
La A Coruña medieval era muy distinta a la ciudad que conocemos hoy. Entre muchas otras cosas, contaba con una peculiaridad que dificultaba su expansión: la falta de acceso fácil al agua dulce. Esta complicación topográfica explica que los asentamientos más antiguos de la zona se sitúen en Elviña y no en la península herculina como tal.
No obstante, con la refundación de la ciudad y su constante crecimiento demográfico, el acceso al agua era una necesidad imperante y su consecución un acontecimiento ineludible para entrar en la Modernidad. Los pozos no daban abasto para cubrir las necesidades de los vecinos así que en diciembre de 1564 el rey Felipe II autoriza la construcción del primer viaje de agua de A Coruña. Este partía de Vioño. El acueducto que discurría en su mayor parte por canales subterráneos, dotó de agua a la ciudad durante 2 siglos, hasta que su caudal fue insuficiente.
En 1722 el ingeniero militar Francisco Montaigú fue el encargado de proyectar el segundo viaje de agua de la ciudad. La obra sería un acontecimiento histórico para la urbe herculina y marcaría un antes y un después en su explosión demográfica. Este acueducto comenzaba en San Pedro de Visma, para conectar con el antiguo al comienzo de las murallas de la ciudad.
El acueducto en superficie de A Coruña
Desde aquel entonces la Fuente de los Frailes comenzó a abastecer el nuevo acueducto de la urbe. Esta, también conocida como Fuente de los Romanos, consistía y consiste en una bóveda alargada de granito construída en sillería. Para aquel momento, sus aguas se unían a las del manantial de As Grañas para ofrecer el servicio que A Coruña necesitaba con urgencia.
El primer viaje de agua de la ciudad discurría soterrado, pero el segundo sin embargo fue construído en superficie durante la mayor parte de su trayecto. Este acueducto había sido diseñado como un muro de alrededor de 2 metros de alto, construído en mampostería y sillería, que alcanzaba hasta los 8 metros en algunos de sus tramos. En estos, los más altos, se abrieron accesos para permitir el paso de un lado al otro mediante enormes arquerías.
La época dorada de la Fuente de los Frailes y los viajes de agua de A Coruña, llegó a su fin en 1908. Aquel año comenzó a traerse el agua directamente desde el río Barcés y el uso de los manantiales cercanos fue un asunto del pasado. Pese a todo y no obstante, esta fuente que seguimos pudiendo encontrar muy cerca del Ágora sigue regando las tierras del Agra del Orzán. Aún más, en 2017 cuando la sequía azotaba a la ciudad, de ella seguía brotando incansable el agua cristalina.