Historias urbanas
La leyenda del monstruo de Os Mallos
Un edificio en Padre Rubinos que no se terminó y sigue abandonado.
Los vecinos no se ponen de acuerdo en los años que lleva esta mole de cemento afeando la plaza del Padre Rubinos, en el barrio de Os Mallos. “Que te digo yo que son veinte años, que era yo un crío cuando lo empezaron a hacer”, dice Javier en una conversación entre amigos en el Bar Galaica. “Que no, más de diez sí, pero veinte no”. “Pues si no son veinte son dieciocho, pero lleva ahí toda la vida”.
La leyenda se extiende a las causas de que se pararan las obras y el monstruo siga allí: “El promotor se quedó sin pasta y ahí lo dejó”, prosigue la conversación. “Ya, pero es raro que en la época en la que construir era una chollo nadie se lo comprara”, se entremete el periodista. “No tenéis ni idea: el asunto es que le dieron licencia para menos plantas, hizo las que le dio la gana y se lo pararon”, añade otro compañero, que se une a la conversación y que recibe contrarréplica al instante: “No, hombre, no, lo que pasa es que cambiaron la normativa a medio construir, y por eso nadie puede obligar al dueño a tirarlo”. Por cierto, ¿quién será el dueño? ¿El que aparecía en el cartel de la fachada, ahora roto?
Juan Oliver es corresponsal de Público en Galicia y editor de laduda.net