Volcán de La Palma
La Palma, seis meses después de la erupción volcánica
La Palma, 18/07/2022.- La caldera, todavía algo humeante y coloreada de amarillo, quizá por el azufre desprendido, domina el valle devastado de Todoque, perteneciente al municipio de Los Llanos. El volcán dejó de rugir en las navidades de 2021, pero la recuperación, según sus habitantes, está siendo desesperadamente lenta.
Desde el aeropuerto de la isla hasta la zona 0 del volcán hay apenas unos 45 kilómetros, pero la orografía escarpada de la isla ralentiza el trayecto y llegar a los ríos de lava negra, en algunas zonas, todavía calientes, puede demorarse hasta dos horas.
El bar el Americano es uno de los últimos locales abiertos antes de sumergirse en el territorio de la lava endurecida. El local es una taberna bulliciosa atendida por una diligente camarera. No es muy grande, pero su posición estratégica, en el cruce de caminos entre las Mazas y el Valle de Todoque, provoca un trajín continuo de obreros, turistas y lugareños. Los camiones van llenos de arena negra, un daño colateral, en forma de polvo, que se convertirá en material de construcción y abono para las nuevas plantaciones de vid y plátanos prometidas. En la terraza, dos hombres con chalecos amarillos, jefe y capataz, programan sus intervenciones sobre el terreno. El señor Belo es un constructor nativo que confiesa haber tenido la extraña suerte de haber vendido cuatro casas en la zona que el volcán destruyó, solo un par de meses antes de la tragedia. “Se las ha comido la lava -asegura -y cuando pases por allí te darán ganas de llorar, me pasa a mi, que sé lo que había, se ha comido unas buenas casas”.
En Santa Cruz de la Palma un matrimonio se disputa la mejor zona platanera de la Isla. “Los llanos, mejor que San Andrés, en el norte”, asegura Nieves, oriunda de la zona. La Palma es un inmenso platanar, el segundo en producción, después de Tenerife, según el INE. Es el monocultivo omnipresente en interminables bancales en toda la isla. La zona quemada también ha engullido miles de plataneras y eso, en una isla donde las zonas de cultivo se arañan en las pendientes, hace más difícil recuperar el terreno perdido. “La ayudas parecen haberse quedado en los bolsillos de los políticos locales, asegura el constructor, un hombre de mediana edad, delgado y curtido por el sol. “El cabildo ha sido denunciado” - continúa-, “sabemos que han enviado dinero de la Península, de Europa, ayuda humanitaria, pero aquí no le ha llegado a la gente. El terreno es escaso, no hay zonas para construir y lo que les han dado no sirve para volver a hacerse una casa. Además, se nota la especulación. Siempre hay quien hace grandes negocios en las desgracias”
Desde el mirador de Tiguanaje se ve la lengua negra de lava del Cumbre Vieja que conquistó el mar. Es el sitio de la Isla desde el que mejor se visualiza la acción de las coladas. En el bar del Mirador, Kevin, un gallego que lleva prácticamente toda su vida en la isla, porque llegó con apenas unos meses de vida, nos cuenta que sobre el volcán le pregunta todo el mundo que para allí. Ahora, desde que Ryanair ha puesto un vuelo directo a la isla desde Santiago de Compostela, llegan más paisanos. El gallego tampoco percibe que las ayudas estén llegando a la gente. “Una de las compañeras del negocio, camarera, está afectada directamente, lleva esperando cinco meses, solo le han dado 1000 euros y con eso no se reconstruye una vida.” Kevin tampoco cree que estén llegando las ayudas a la gente. Asegura que todos los ayuntamientos publicaban la recepción de millones y la gente afectada, a pesar de que la zona es amplia, no es tanta. Si de verdad estuviera llegando el dinero a la gente se notaría, asegura.
La Palma es una isla amable. La Isla Bonita es un escarpado territorio de 708,3 kilómetros cuadrados con pequeñas poblaciones que salpican sus laderas en una suerte de colonización heróica. Los isleños, 83.458, según los últimos datos del INE, son agradables y la isla, en general, es asequible. La carretera que une el aeropuerto con Fuencaliente, la LP-2, está en obras, lo que provoca que se tarde mas de una hora en recorrer 36 kilómetros. También la oposición culpa de las malas infraestructuras al actual Cabildo de la Palma, Mariano Hernández, de haber demorado la construcción de carreteras, un dinero, 23 millones, que llegaba de Europa y que debería haberse gastado en infraestructuras en los ejercicios del año 2020 y del 2021. Le acusan de prevaricación pasiva por no repartir los seis millones de las donaciones a los afectados por el volcán. El abogado José Luis Langa, representante legal de las víctimas, declaraba el pasado 5 de abril, en una entrevista realizada por Javi Rodríguez para la emisora, Radio Club Tenerife, SER, que “a día de hoy, muchas de las familias afectadas por el volcán de La Palma no han recibido nada y otras han recibido muy poco”.