Hablamos con Rocío, coordinadora de los proyectos de intervención social de Amigonianos Galicia

“La persona construye su camino y nosotros estamos ahí para acompañarla”

Amigonianos es una entidad religiosa, gestionada por los Terciarios Capuchinos. En Galicia desarrolla su labor dirigida a las personas en situación de exclusión social.
“La persona construye su camino y nosotros estamos ahí para acompañarla”
Menores
Menores

La iniciativa surgió del trabajo en el centro de menores Agarimo de Arteixo. En 2017, se hace palpable la necesidad de llevar esos esfuerzos más allá de las paredes del centro. Así nacieron los proyectos de intervención social de Amigonianos en A Coruña, para acompañar a las familias y a los jóvenes que salían del centro. El primero de ellos fue Andaina y dió paso a muchos más.

Rocío es la coordinadora de los proyectos de intervención social de Amigonianos Galicia. En la actualidad la entidad tiene en marcha 6 proyectos dirigidos a adultos y adultas y 3 a la infancia. “Los y las participantes llegan aquí por voluntad propia o por derivación de los servicios sociales. Según sus circunstancias y características, se les asigna el proyecto en el que mejor encajen. A partir de ahí se realiza un acompañamiento que empieza por un Itinerario Personalizado de Intervención”, explica Rocío. Estos proyectos tienen un enfoque integral para llevar a cabo un acompañamiento en los procesos complejos que pueden estar atravesando. “No damos soluciones, acompañamos procesos. Intentamos que la persona construya su camino y nosotros le apoyamos”, destaca.

El primer proyecto fue Andaina. Este está dirigido a mayores de 30 años. Especialmente a familias con menores a cargo y que están en severa exclusión social. “El objetivo es el acompañamiento social y el fin la inserción sociolaboral. “Se ayuda a elaborar currículums, se hacen cursos prelaborales, derivaciones formativas… se orienta”, cuenta Rocío.

El proyecto Acouguiño, por su parte, está dirigido a mujeres entre 16 y 30 años en severa exclusión social. “El objetivo también es la inserción sociolaboral. Son mujeres que necesitan ese acompañamiento para buscar formación o empleo y revertir esa situación. Al mismo tiempo se realizan actividades trasversales. De igualdad de género, por ejemplo, para empoderarlas de algún modo. También otras actividades formativas como alfabetización, competencias clave… que pueden sumar a su desarrollo profesional”, explica.

De la mano de Acouguiño, Amigonianos cuenta con Abrente. Se trata de un proyecto dirigido a hombres entre los 16 y 30 años y su objetivo es, también, la inserción sociolaboral. “Veíamos que si estábamos trabajando con esas mujeres que convivían con parejas que al final también estaban en situación de exclusión social, teníamos que trabajar con esos chicos también para que entendiesen nociones de igualdad, de crear círculos y relaciones sanas y buscando la inserción sociolaboral.”.

Otro de los proyectos dedicados a la población adulta es el llamado Preandaina. En él se realiza un acompañamiento similar al de los anteriores, pero dirigido a personas que no se encuentran en situación de severa exclusión social. “Son personas que están en situación de exclusión social por una circunstancia que les toca vivir en ese momento, como la pérdida de trabajo o porque está en un proceso migratorio, por ejemplo. Necesitan un acompañamiento más puntual para revertir ese proceso. También se realizan asesoramientos laborales y técnicos, acompañamientos sociales… Al final, lo que cada uno y una de las participantes pueda necesitar. Es un perfil donde hay más facilidades para la inserción sociolaboral. No se cronifican tanto en este tipo de recursos”, cuenta Rocío.

Tras la pandemia, Amigonianos pone en marcha Resiliencia, un proyecto enfocado en la inserción sociolaboral de personas que se encuentran en una situación emocional complicada. “Hay algo emocional que impide avanzar a estas personas. Malamente vamos a encontrar trabajo si no sanamos la parte emocional. En este proyecto se ofrece una atención psicológica más continuada”.

En el trabajo con las mujeres, desde Amigonianos se detectó la necesidad de apoyar a las futuras madres. Con ese objetivo se creó el proyecto Prenatal, dirigido a mujeres en gestación y con hijos hasta los 18 meses. “Se veía que, en muchas ocasiones, esas mujeres que estaban en situación de severa exclusión social por desconocimiento no realizaban los seguimientos médicos necesarios durante el embarazo. Eso, al final, conllevaba ciertas problemáticas para la salud de la madre, y del bebé. Además, se les informa del derecho a las ayudas que tienen, se buscan mediante la colaboración con otras entidades algunos recursos que puedan necesitar… y se crea también el grupo de crianza. Es un espacio seguro para las mujeres donde se les asesora en todo ese camino hasta llegar al momento y a posteriori también con cuestiones como la lactancia y demás”.

El proyecto Andró Nebó, nació para intervenir con las familias y los menores en el poblado chabolista de O Portiño. En la actualidad se dirige a aunar dos realidades que, aunque distintas, comparten algunas características: la población gitana y la población migrante. “Aunque son mundos diferentes, comparten realidades. La población migrante también está viviendo en infraviviendas, tienen un choque cultural grande porque las costumbres son distintas, las pautas de crianza son totalmente diferentes… lo mismo pasa con la población chabolista”, señala Rocío.

Cáritas, Fundación Amigó y Amigonianos colaboran en un proyecto conjunto. Más Familia Educa es una extensión para el Agra del Orzán, de Familia Educa que se lleva a cabo en Os Mallos y Labañou: “Aquí se ofrece refuerzo escolar, ocio y apoyo a la familia. Se ofrece atención psicológica a los menores que lo necesitan, coordinamos con el centro para saber cómo están, cómo adaptar la actividad de refuerzo, coordinamos con el Sergas por si las familias necesitan alguna valoración… Hacemos un poco de mediadores, por así decirlo. Hay veces que las familias no son capaces de ubicarse o no saben por dónde empezar, qué recursos tienen en la ciudad…”

En octubre nació el último de los proyectos para menores. Se Trata de Prisma, dirigido a intervenir en los casos de absentismo escolar o riesgo del mismo. “El absentismo escolar es un síntoma de que algo está fallando: a lo mejor en mi casa han pasado muchas cosas que me están afectando, a lo mejor en el cole está pasando algo o mi forma de canalizar las emociones no es la más correcta o no me sé comunicar en el cole… Se realiza una planificación individualizada con cada caso y cada familia para saber qué está pasando y cómo podemos gestionarlo. Se trabaja mediante tutorías individualizadas, clases de refuerzo, talleres de gestión emocional o lo que necesite cada caso.”, relata Rocío.

“La persona construye su camino y nosotros estamos ahí para acompañarla”