El mercado del alquiler coruñés está pasando por una etapa de saturación muy complicada para aquellos que demandan vivienda. Con cada vez menos oferta, los precios no hacen más que subir hasta convertirse en un grave problema. Más aún en el caso de los estudiantes universitarios o de ciclos; a los que los propietarios en muchas ocasiones, prefieren no alquilarles su vivienda.

El periplo comienza ya en el mes de mayo. Antes de que el curso esté terminado, son muchos los estudiantes que comienzan a buscar su piso para el año siguiente. Para entonces ya se encuentran con severos problemas. Incluso los más previsores, tienen realmente complicado encontrar una vivienda. Los propietarios prefieren inquilinos que les aseguren una estabilidad en el tiempo y los 9 meses que a lo sumo necesita un estudiante, no les convencen. Situación que ha llevado a muchos de los jóvenes a alquilar todo el año la vivienda aunque vaya a estar vacía durante los meses de verano.

Las empresas inmobiliarias llevan ya varios años alertando de esta situación y señalando la desesperación de las familias y los jóvenes a los que no les pueden dar respuesta. Durante los 5 últimos años, la oferta de vivienda en alquiler en A Coruña se ha reducido. Etapa en la que el precio de la misma ha aumentado en más de un 24%, superando los 10 euros por metro cuadrado.  Así, los jóvenes se enfrentan a alquileres de alrededor de 300 euros por una habitación. Los mejores precios los consiguen cuando se juntan entre varios para rentar un piso completo. Cada vez son menos los que intentan encontrar un apartamento individual. 

Al precio de la vivienda y del gasto de suministros, hay que añadirle el desembolso inicial y las exigencias que establecen los propietarios: dos meses de fianza, seguro de impagos, aval… Requisitos que siguen complicando más y más el proceso de emancipación de los estudiantes.

A estas alturas, cuando el curso está a pocos días de dar comienzo, todavía quedan muchos chicos y chicas que no saben dónde van a vivir. La demanda se desplaza ahora a los municipios cercanos a la urbe herculina. Cambre, por ejemplo, es una de las opciones que exploran las familias y los estudiantes a los que ya no les importa el desplazamiento diario hasta el centro de estudios.