Entrevista a Sés. Presenta “Rabia ao silencio”
“Nos están asesinando y consiguen que creamos que no tenemos derecho a enfadarnos”
Para la bergantiñana Maria Xosé Silvar, SES, hacer una canción es algo casi escatológico. Su única arma es la guitarra que empuña, como persona, como gallega y como mujer.
En su último disco “Rabia ao silencio”, recuerda que hay que “falar” (hablar), romper el silencio. “La sangre ya no es una revolución interesante. Siempre tiene una cruz demasiado pesada, que, además, llevamos nosotras. Lo único que nos puede salvar, realmente, es una revolución cultural”.
Se siente cantareira y no cantante, porque, según explica, citando a Carlos Puebla, “Cantante es el que tiene con qué y cantor es el que tiene por qué. A mí me mueve el por qué”, afirma SES.
- ¿Cuáles son sus porqués?
- Quizás cuando me canso y enfado mucho, llego a ese punto de querer dejarlo todo… Lo que me hace seguir son las mujeres que veo debajo del escenario. De repente, se pueden plantear que ellas pueden cantar y enseñar su voz, sin necesidad de sexualizarse. Que pueden liderar una banda, hacer canciones opinando valientemente… Que ellas pueden. Eso es, que pueden, que están capacitadas.
Necesitamos referentes. No podemos estar todo el día diciendo que el mundo tiene que cambiar y después huir de ser un referente. Tienes que ser lo que quieres que ellas sean.
- ¿En qué cree que hay que romper el silencio?
- Hay que romper el silencio en el machismo, el racismo, el clasismo... Estamos igual que hace 60 años, sólo que maquillado todo. Porque en realidad ¿dónde está todo ese avance? Las cifras cantan. Sigue sin haber personas negras haciendo determinados trabajos, hay mujeres asesinadas, muros levantados, presos políticos en este Estado… Y disfrazamos todo de una sociedad de bienestar que no existe, que no es más que un cuento de hadas, que la gente prefiere creer, porque es más fácil el día a día.
Está habiendo un genocidio, político, sin sangre. Nos están asesinando, de otro modo, pero generando capital que ellos se comen, porque esos impuestos no revierten en quienes los pagan. No se está redistribuyendo la riqueza. Nos están asesinando, y, además, consiguen que nos creamos que no tenemos derecho a enfadarnos, que si nos enfadamos somos unos terroristas.
- “Brazos pra xeitura”, una de las canciones del último disco, trata de la emigración, de los desplazados forzosos. ¿Qué piensa que se puede hacer para visibilizar esta situación, en la que viven millones de personas refugiadas y desplazadas?
- Hablar. Hablar, pero, sobre todo, no hablar en los escenarios, o en las ponencias, que, al fin y al cabo, nuestro público, aunque sea heterogéneo, sabemos que la mitad de la gente está dispuesta y va a escuchar, sino en cada mesa, en cada cena… Matar el “cuñadismo”, aunque tengas que reventar todas las cenas de navidad y las comidas familiares.
No hay que callar. Porque hay 20 personas con raciocinio y un gilipollas, y gana un gilipollas. Y gana el gilipollas, porque los otros 20 callamos. Creo que la lucha más dura de cualquier persona inteligente está en la vida doméstica.
- ¿Qué cree que deberían hacer los Gobiernos occidentales?
- En realidad, los gobiernos occidentales deberían dejar sitio a personas con ética. Dimitir, la mayoría dimitir.
El problema es que los gobiernos están dentro de un sistema capitalista. Un sistema basado, precisamente, en las desigualdades. ¿Por qué Europa puede vivir como vive? Porque África o Latinoamérica viven como viven, si no sería absolutamente imposible. Occidente, o Euro-américa, como quieras llamarlo, existe, porque existe otra parte. Si no sería imposible nuestro nivel de vida.
Si no hubiera personas muriendo por un mineral, que nosotros necesitamos para una mierda de teléfono… Si no hubiese gente haciendo eso, nosotros no viviríamos como vivimos. Nuestro nivel de vida depende, directamente, de la explotación.
Para el problema del colonialismo y del imperialismo sucede lo mismo que con el machismo. En el caso del machismo son los hombres quienes tienen que renunciar a determinados privilegios. Y, en este caso, somos nosotros, los que vivimos en occidente, los que tenemos que renunciar a cierto tipo de privilegios. Ese es el rollo. Todo el mundo quiere justicia social, hasta que se habla de renuncia en primera persona.
- ¿Qué papel tendría el feminismo en esa transformación?
- El feminismo es básico. Ya decía Engels en 1850 que el capitalismo existe porque más de la mitad de la población mundial son trabajadoras no remuneradas, que somos nosotras. Primero: cumple el papel de visibilizar ciertas realidades, porque en el mundo no hay sólo hombres y mujeres, hay XX,XY, XXX, XXY. Es decir, yo no contemplo a una persona feminista que no sea igualista en general.
El feminismo fue siempre el movimiento que más luchó por la igualdad. Algunas somos triplemente oprimidas. A nivel lingüístico, de una cultura que come a otra, a nivel proletario, (legalmente, cobramos menos que ellos) y a nivel, puramente, de género... Soy tres veces rebelde, que decía la poeta…
- Hablabas de una revolución cultural ¿qué papel tendría que tener la cultura, la música, la poesía, la literatura... para cambiar esto?
- Yo creo que más que se trate de la cultura, es que las personas que hagan cultura sean personas.
Me joroba decirlo, porque parece que estoy en contra de todo, pero creo que el rollo cool copó demasiada música. Y yo soy tan hot. Además, soy ridícula, porque me importan las cosas. Lo cool es subirte al escenario, que todo te resbale, vivir untado en vaselina… Y yo, que soy como un chubasquero con agujeros, todo me importa, todo me cala. Esa profesionalización de la música en la que el músico es divino, no es humano. Y no digo que el equilibrio sea malo. Pero, es que, últimamente, prima tanto la forma y tan poco el contenido, tan nada. Que está muy bien que haya 10 y 25 por la forma, pero otras tantas que nos ofrezcan canciones, canciones que digan cosas.
Un día puedo hablar de amor, pero otros hablo de lo que me preocupa. Porque no soy sólo un ser individual, soy un ser colectivo. Esa colectividad en el arte se fue, casi casi, erradicando. Llegamos a un punto de apología del individualismo, que, claro, es un triunfo del sistema capitalista. El arte pasó de ser lo que tenía que ser, que es expresión, a ser un negocio. Un bussines, demasiado rentable, como para que ninguno se vaya a bajar del carro.
ÚLTIMO DISCO: RABIA AO SILENCIO
- ¿Qué temas trata y que autores ha escogido, para cantar en gallego?
- Escoger fue complejo. No quería ningún hit. La voluntad era ejercer de trasmisora para las nuevas generaciones. Escogí cosas que fuera más difícil que les llegasen por sí mismas. Y, también, de diferentes países y momentos históricos.
Hay temas de Brasil, de los años 60. De EEUU, de los 30, que popularizó Billie Holiday. Narra esos linchamientos a los negros. Por desgracia, parece muy lejos, pero en el 2015 hubo una reunificación del Ku klux Klan. Y ahora hay un supremacista en el poder: Trump.
Después, traduje autoras que, para mí, son imprescindibles: Mercedes Sosa, Mejía Godoy, Fuxen os ventos. También Mario Benedetti, pero, en este caso, cantado por Quintín Cabrera. Autores de diferentes momentos históricos y latitudes.
- ¿Y qué criterio ha seguido, para tratar de romper ese silencio?
- El criterio fue ese, la rabia al silencio. Temas que tuviesen un contenido.
El tema de Fuxen os ventos, habla de la penuria de una mujer. “Brazos pra a xeitura” de emigración. “Raro froito”, de los linchamientos de los esclavos afroamericanos. “O Grileiro”, de la corrupción con las tierras y la expropiación. También, “Un pobo sinxelo”, que canta al derecho de los pueblos pequeños a vivir y lo bonita que es la diversidad. Porque yo soy de un pueblo pequeño, pero quiero mucho a mi pequeño pueblo.
Y luego está el tema de “Rabia ao silencio”, de Yupanki, que da el título al disco, que dice: “Téñolle raiba ao silencio polo moito que perdín. Que ninguén quede calado, quen queira vivir feliz” (Le tengo rabia al silencio por lo mucho que perdí. Que nadie quede callado, quien quiera vivir feliz”.
- ¿Qué es lo que nos hace callar?
- Esta situación en la que estamos nos llevó a quedar callados. Salimos de una dictadura, nos creímos una transición y vivimos en una etapa de bonanza y nos dejamos, callamos, y, ahora, estamos pagando los réditos.
- Y luego está el planeta…
- Bueno, eso es parte de lo mismo, del negocio y de las élites económicas. Ya, ni siquiera se puede hablar de Gobiernos, porque hablar de naciones está muy out. Ahora se habla de oligarquías económicas. No existen Rusia, ni China. Ahora, existe gente que tiene mucha pasta y los demás están sometidos a ellos. Además, tíos que tienen mucha pasta, no tías.
- Bueno, la Reina de Inglaterra y la Koplowitz…
- Bueno, sí, pero de sistemas patriarcales. Son defensoras y perpetuadoras. Sigues viendo a las dirigentes, Thatcher, en su momento, o Merkel, cómo adoptan actitudes masculinas, para asumir el liderazgo. En todo momento, bajan su nivel de voz. Al final, se acaban convirtiendo en varones, para ser aceptadas en un entorno masculino, y tienen que cortar su feminidad para tener credibilidad y ser libres. Entonces, al final, es la misma mierda.
- Ahora hay una nueva alcaldesa en Coruña ¿qué te parece?
- Yo estoy muy contenta de que sea una alcaldesa. Es la segunda, creo. Hubo ya una mujer que asumió el poder, pero fue así, un poco extraño. Muy contenta, porque además, una cosa que a mí me importa muchísimo, es que hizo uso de la lengua (gallego) en sus declaraciones. Así que, no es gallegófoba, como otros dirigentes. Entiende que hay una realidad plurilingüística en nuestra comunidad.
Ya juzgaré cuando la vea gobernar.
Ahora, a priori, si me preguntas si me gusta que sea una mujer y que hable en gallego en sus declaraciones públicas, mucho. Ahora veremos lo que hace, como con todos.
Lo que no podemos es empezar a cuestionarla, porque, como es mujer… No. Todo lo contrario. Ojalá sea una buena alcaldesa y haga un buen papel.
- Razones para comprar tu disco
- Este disco es más fácil de vender, para mí, porque como no son temas míos, puedo decir que son muy bonitos… Y que están hechos con todo un respeto inmenso. Son temas intensos. La gente que busque un disco para, en un momento determinado, escuchar tranquilamente, a lo mejor este les gusta.. Y si no… lo pueden escuchar gratis en Spotify.