Salud
Déficit hídrico cutáneo
Cuando el contenido de agua de la capa córnea de la epidermis es menor al 15-20%, se considera que existe un déficit hídrico cutáneo.
La piel sometida a déficit hídrico se caracteriza por estar tensa , rígida, con rugosidades y asperezas. Es una piel opaca que no refleja la luz. En algunos casos hay presencia de prurito, irritación y descamación.
Con la edad disminuye el film hidrolipídico de la piel y aumenta la pérdida transepidérmica de agua. Hay una tendencia al déficit hídrico asociado a la edad. Aunque puede afectar prácticamente a todo el cuerpo, algunas zonas tienen más propensión a la sequedad:
- Cara: zona más expuesta a los factores externos.
- Cuerpo: Sequedad elevada, a menudo asociada a prurito.
- Pies: Zona sometida a presiones y roces, donde pueden aparecer callos y grietas.
- Manos: expuestas a factores externos, cambios de temperatura, sustancias agresivas, presiones y roces.
Una piel sana contiene cierta cantidad de agua y lípidos, elementos que la mantienen lubricada y libre de infecciones.
En ocasiones alguno de los dos compuestos, o ambos se presenta en cantidad inferior a la necesaria y, en consecuencia, la epidermis se deshidrata y pierde protección (función barrera). Esta piel se vuelve más reactiva a los agentes externos, como son la temperatura, la sequedad ambiental, el viento o la radiación solar. En algunos casos severos la piel puede llegar a presentar grietas, especialmente en manos y pies.
En su tratamiento utilizaremos productos que eviten la pérdida de agua de la capa córnea, aporten hidratación, flexibilidad y firmeza a la piel, del mismo modo que restauren la piel con la función barrera alterada y fortalezcan su sistema de defensa.