De la desesperación a la renovación: cómo superé mi adicción al alcohol y las drogas para encontrar una nueva vida
Me llamo Daniel y soy enfermo alcohólico. Empecé a beber cuando tenía 18 años más o menos. Cuando bebía me sentía raro, sabía que no hacía bien, era yo muy joven y podía engancharme al alcohol, pero como bebía y no pasaba nada, no le daba importancia.
Cada vez bebía un poco más. Así podía sentir diferente, sentía que era como los que admiraba, los que salen de fiesta. Los escuchaba hablar de drogas, cannabis y otras sustancias, ¿pero tomar algo así yo? ¡Ni loco! Pensaba que yo podía acabar siendo un drogadicto y eso me daba mucho miedo.
Con el tiempo, cuando salía, me juntaba con gente que tomaba drogas y un día las probé. Me enganché a la cocaína. Pensaba que era cocainómano. Acabé en un centro donde dejé el alcohol y las drogas con medicación, pero volví otra vez a beber y a drogarme. Las fiestas, la noche, el dinero, el poder, el alcohol, las drogas iban acabando conmigo y con mi familia. Perdí trabajos, parejas, dinero, de todo. Empecé a tener problemas judiciales, hasta acabar en un albergue viviendo solo. Llegué a perderlo todo, no podía parar de beber. Acabé consumiendo heroína, tomando alcohol y pastillas, pidiendo dinero para para poder beber. Mi vida estaba destrozada del todo.
Las últimas borracheras eran tristes, de soledad, desesperación y sufrimiento. No, el alcohol me quitaba el dolor. Me quería morir o por lo menos vivir sin beber, pero no podía. Sabía que era alcohólico y que no podía parar nunca de beber. Había probado de todo en la vida para dejarlo.
Decidí ir al Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos Coruña. Tenía 27 años. Con el paso de los años, he ido recuperando mi familia y el día de hoy vivo una nueva vida. Tengo lo que necesito y me siento muy bien sin beber. Nunca más he vuelto a beber y puedo vivir sin alcohol, aunque sea alcohólico.