El coruñés que ha desarrollado un test revolucionario para el diagnóstico del SARS-COV-2
El equipo investigador de César de la Fuente lleva desde comienzos de la pandemia buscando sistemas baratos y rápidos para detectar el virus. Han dado con la clave a través de un chip hecho de papel con una impresora que ellos mismos han diseñado. El test básicamente, funciona mediante la tecnología electroquímica y detecta la existencia o no del contagio mediante la unión del virus y su receptor en humanos: la proteína ACE2. Funciona con asintomáticos y con las diferentes mutaciones que están apareciendo, pues la variación de la unión de la proteína y el receptor no sufre modificaciones tan significativas. Es un test revolucionario por su rapidez, por su efectividad que alcanza casi el 100% y por su bajo coste. Se trata de un sistema accesible y al alcance de todos. La fórmula de César está siendo probada en Estados Unidos y está a la espera de la aprobación de la Administración.
César nació en A Coruña en 1986 y Estudió en el instituto Eusebio da Guarda. Se graduó en la primera promoción de Biotecnología en la Universidad de León. Después viajó a Canadá donde se doctoró en la University of British Columbia en Vancouver. Destacando como investigador, fue fichado por el famoso MIT donde desarrolló su labor hasta el 2019 cuando pasó a formar parte como profesor catedrático de la universidad de Pennsylvania.
El trabajo de César se ha dedicado sobre todo a la investigación y desarrollo de test de diagnóstico y antibióticos diseñados por ordenador para las conocidas como superbacterias. Es decir, bacterias resistentes a los antibióticos. Fue este trabajo de investigación el que le llevó a ser galardonado como el mejor investigador joven de EE.UU. por la American Chemical Society en mayo del año pasado. No fue la primera ocasión en la que su labor era reconocida y seguro que no será la última.
César ha destacado siempre la importancia de la ciencia, la investigación y la biotecnología como campos de especial relevancia para el futuro del ser humano. Considera que la inversión en estas disciplinas marcará la diferencia el día de mañana en la salud de todos. Ha advertido de que, por ejemplo, las bacterias resistentes a los antibióticos suponen una pandemia silenciosa que dentro de unos años puede suponer un serio riesgo para las personas. También ha hablado en diferentes ocasiones de la importancia de la divulgación de los avances científicos, de la transferencia tecnológica entre los laboratorios de investigación y las compañías que comercializan estos avances o de la responsabilidad esencial que tienen los profesionales como él en que sus estudios reviertan en la sociedad.