Violencia de género
Costa Rica: mujeres marchan en todo el país contra los feminicidios
Las manifestaciones se dieron desde la mañana de este domingo 6 de setiembre, donde la mayoría de las asistentes vestía de color negro, debido al luto que ha provocado el caso de la joven Allison, de apenas 18 años, y quien residía en Ujarrás de Paraíso, en Cartago.
Las marchistas recordaron los casos cometidos contra la doctora María Luisa Cedeño y la joven Luanny Salazar.
Dentro de los sitios donde se reportaron grupos nutridos de manifestantes fue San José, de donde salieron las mujeres, de la Torre Mercedes, a las 11:00 a. m., ante la convocatoria del colectivo Brujas Feministas CR.
Las asistentes que tomaron las calles josefinas recorrieron el Paseo Colón y la avenida segunda, hasta llegar a la fuente de la Hispanidad, donde se instalaron, y juntas pidieron un cese a los actos violentos que han apagado la vida de varias mujeres.
“Estamos aquí para expresar nuestro apoyo a los familiares de las mujeres que han sido víctimas de feminicidio en Costa Rica y las que hoy sufren violencia encerradas en sus casas con sus agresores en tiempos de pandemia. Estamos aquí para decir: ¡No más impunidad! ¡Basta de dejar libres a los feminicidas producto de la negligencia de las instituciones del Estado!, exigimos que se cumplan directrices en temáticas de género en las instituciones del Estado”, manifestó el colectivo.
En Cartago, las marchas salieron desde las inmediaciones del Instituto Tecnológico de Costa Rica, hasta los Tribunales de Justicia.
“Pedir justicia, y alzar la voz por nuestras compañeras que hoy día no están porque murieron en manos de un violador, un asesino, entonces queremos hacer justicia por ellas, porque hoy no pueden estar aquí”, expresó María José Hernández, una de las promotoras de la manifestación que se dio en el cantón de Cartago.
Páginas de colectivos feministas también reportan presencia de manifestantes en el cantón central de Alajuela, en Golfito y Ciudad Neily.
Junto a la costa, un grupo de mujeres también se manifestó en el cantón de Puntarenas, donde recorrieron parte del Paseo de los Turistas.
Al norte del país se dieron manifestación frente a la Iglesia Catolica de Ciudad Quesada, en San Carlos.
Este viernes 4 de setiembre, el hombre detenido como sospechoso de la desaparición de la joven, confesó haberle arrebatado la vida con sus propias manos, luego de violarla y golpearla.
Según informó el abogado de la familia de Bonilla, Rodrigo Araya, el imputado aseguró haber cometido el crimen por una “obsesión sexual” que tenía con Allison.
El sospechoso también indicó haber arrojado el cuerpo de la joven en un basurero, sin embargo, tras las búsquedas en los últimos dos días aún no se encuentran restos de la víctima.
Casos sacuden al país
En los últimos días las redes sociales de los costarricenses se tornaron color lila, como parte de una campaña de manifestación contra los homicidios de mujeres que se han registrado.
Uno de estos es el caso de la doctora María Luisa Cedeño, ocurrido el pasado 20 de julio, en el Hotel La Mansión Inn, en Manuel Antonio de Quepos, Puntarenas, cuando la víctima fue hallada sin vida en la habitación en la que se hospedaba.
El primer detenido como sospechoso por el caso fue un reconocido bailarín, de apellidos Herrera Martínez y el segundo fue un ingeniero en sistemas, apellidado Miranda Izquierdo.
También se detuvo a un extranjero de apellido Bodán, dueño del Hotel, como tercer sospechoso, a quien hasta ahora se le vinculó con el caso por una mordedura en la mejilla y otra en el antebrazo de Cedeño.
A Bodan las autoridades se le permitieron el arresto domiciliario, con el único permiso de salir a citas médicas o por llamamiento judicial.
María Luisa Cedeño era jefa del Servicio de Anestesiología y Recuperación del Hospital Cima, en Escazú, San José.
Otra de las mujeres a las que le apagaron la vida fue la Luany Valeria Salazar, una joven de 23 años, que fue asesinada de siete puñaladas.
Luany desapareció desde el 9 de junio, su cuerpo fue localizado hasta el 15 de junio, muy cerca de su vivienda, semienterrado, en el patio de otra propiedad que era ocupada por un hombre de apellido Mejía, quien es el principal sospechoso del crimen.