Mercado de As Conchiñas

El legado de María Lebedynski en el Mercado de As Conchiñas

En As Conchiñas, se entreteje la historia de muchas familias y su profundo vínculo con el mercado. 

Historias que comenzaron hace casi medio siglo.

El legado de María Lebedynski en el Mercado de As Conchiñas
María Lebedynski
María Lebedynski

María Lebedynski, la protagonista de este relato, nos lleva de la mano por los pasillos del mercado, donde cada esquina guarda recuerdos imborrables y testimonios de lucha y perseverancia.

Los primeros años

Corría el año 1976 cuando el mercado de As Conchiñas se levantaba como un nuevo epicentro comercial en el barrio. Fue en ese momento que la madre de María, María Patiño, junto a sus dos hermanas, Fina y Julia, decidió embarcarse en la aventura de abrir su puesto de venta de pescado en el mercado. María tenía entonces ocho años y solía visitar a su madre después del “cole”, observando con ojos curiosos la dinámica del mercado.

“Mis tías también tenían un puesto al lado del de Mamá, era un momento de auge, había muchos puestos y llegaba mucha gente a hacer sus compras”.

Un cambio inesperado

El año 1995 fue un periodo de cambios significativos y desafíos para la familia. María, con 28 años y dos hijos pequeños, Eva y Dani, decidió dejar su trabajo en un supermercado para unirse a su madre en el puesto de pescado. “Empecé el 1 de septiembre y el 25 de octubre mi madre tuvo el derrame. Me encontré sola de la noche a la mañana”, narra emocionada.

Pese a la tragedia, María no se rindió. Con la ayuda de su tía Fina, que la acompañó a la lonja durante los primeros meses, aprendió rápidamente los secretos del oficio y se ganó la confianza de la clientela de su madre.

La lucha continua

El derrame cerebral dejó a su madre incapacitada del lado derecho, pero eso no quebrantó su espíritu. “Mi madre era genio y figura. No quería verse postrada en la cama. Aprendió a vestirse, a hablar de nuevo, a usar una muleta. Peleó cada día por su independencia”, cuenta María con orgullo.

Durante estos años, María se convirtió en una fortaleza mirando al futuro y defendiendo el día a día. “Me levanto a las cuatro y media para ir al puerto. Antes se subastaba más tarde, ahora es mucho más temprano. El sistema ha cambiado, ahora es más cómodo.

La transformación del Mercado

El mercado de As Conchiñas ha evolucionado significativamente desde los años 90. “Ha cambiado mucho. Funciona muy bien y necesitamos que haya más puestos abiertos, ojalá se animen nuevos emprendedores a abrir sus puestos aquí. Creo que la peatonalización de la calle Barcelona y la falta de estacionamiento afectaron al mercado, pero seguimos adelante. La obra y el nuevo parking han ayudado un poco, pero es un trabajo muy sacrificado”, explica María.

A pesar de los desafíos, la clientela fiel continúa visitando el puesto de María. “Tengo clientes que vienen desde la época de mi madre. Han pasado de ser jóvenes a abuelas, y ahora vienen sus hijos y nietos. Es un relevo generacional que me llena de orgullo.”

La herencia familiar

María ha inculcado en sus hijos el valor del trabajo duro y la importancia de mantener el legado familiar. “Mis hijos me ayudan cuando pueden. En verano, cuando estudiaban, me echaban una mano en el puesto. Eva, mi hija, ahora está haciendo una sustitución en el colegio, pero siempre me ha apoyado”, dice con una sonrisa.

Mirando hacia el futuro

Con casi 30 años al frente del puesto de pescado, María se siente agradecida por la lealtad de sus clientes y del barrio. “Mientras yo esté aquí, el puesto estará abierto. Me siento afortunada de tener trabajo y una clientela tan fiel. A pesar de las dificultades, seguimos adelante. Este puesto es más que un trabajo, es un legado familiar que espero que continúe por muchas generaciones más.”

La historia de María Lebedynski y su familia en el mercado de As Conchiñas es un testimonio de la la lucha y la perseverancia. Es un relato entrañable de cómo, a pesar de las adversidades, se puede construir una vida llena de significado y dejar una huella que sirve de ejemplo.

El legado de María Lebedynski en el Mercado de As Conchiñas