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Judo Club Coruña: historia viva del deporte

En el año 1975 Bernardo Romay y María Nieves Vales pusieron en marcha el Judo Club Coruña y desde entonces han entrenado a generaciones y generaciones de deportistas. 
Judo Club Coruña: historia viva del deporte
Judo Club Coruña 06 03
Bernardo Romay y María Nieves Vales

Alumnos desde los 4 y hasta los 80 años pasan a diario por este gimnasio cuya historia va de la mano de la del deporte del que toma el nombre: el judo.

Bernardo entró en contacto con el judo cuando tenía 14 años y todavía era un deporte minoritario en nuestro país: “Lo máximo que había aquí era baloncesto, fútbol y boxeo. Se hacía judo en la OJE y en la Falange, pero era un judo muy relativo. Desde Madrid querían hacer promoción y divulgación del deporte en todas las provincias”, relata Bernardo Romay. Así fue como la Delegación de Deportes de A Coruña apostó por crear un gimnasio de judo en la ciudad.

Bernardo iba buscando el conservatorio cuando, por una confusión, se topó con aquel primer gimnasio de judo. Allí se encontró con un amigo que le animó a apuntarse y dio comienzo su carrera como deportista. “Quedé Campeón Gallego muy pronto, a los 16 ó 17 años. Era un chaval joven, no le tenía miedo a nada y entrenaba mucho. Quedé Campeón Gallego de mi peso y de todas las categorías. De ahí entré en la Selección Gallega y empecé a viajar por toda España”, cuenta Romay.

A los 19 años le tocó hacer su servicio militar y, en él, pudo desarrollar más sus capacidades. Bernardo formó parte del equipo de judo de La Marina. “Entrenábamos por la mañana y por la tarde y les dábamos clase de defensa personal a los oficiales. Entrenábamos constantemente”. La mejora en las habilidades del joven Romay se dejó ver al quedar Campeón de España militar en su peso y en todas las categorías. “Ahí fue mi gran despegue. Me ficharon en el Judo Club Ferrol por 2 años y me buscaron un trabajo en ASTANO. Ahí tuvimos un gran desarrollo como selección gallega”, relata Bernardo.

Pronto se fue a Madrid con una beca para realizar los cursos que le permitirían enseñar judo. Bernardo estaba ansioso por aprender y en 3 años logró titularse como monitor, después entrenador y finalmente como maestro. Al mismo tiempo consiguió su tercer Dan.

Bernardo formó parte esencial del crecimiento del judo en A Coruña. Comenzó dando clase en el Colegio Maristas y muy pronto en el de los Dominicos. “Empezamos en el Colegio Dominicos y fue un éxito. Teníamos ciento y pico alumnos, pero alumnos mayores y ahí fue cuando empecé con un grupo de padres que me animaron a montar el gimnasio”, cuenta Bernardo. Es entonces cuando nace Judo Club Coruña con la dupla de María Nieves y Bernardo a la cabeza. “Fuimos los introductores del judo en los colegios. En el gimnasio sacábamos cinturones negros, monitores que iban después a los colegios a dar clase. Es un deporte que encaja con la educación de los niños porque enseña el respeto hacia el compañero y el profesor. No vale cualquiera para enseñar a los niños. Tiene que ser alguien carismático, con una metodología progresiva y que se ponga a pie de colchoneta, a la altura de los alumnos. El profesor no puede estar en un pedestal. Las Artes Marciales tienen los cinturones, que es algo muy bueno, puedes trabajar por objetivos alcanzables a corto plazo.”

Judo Club Coruña tiró del carro del deporte y se consolidó como historia viva de las Artes Marciales. Campeones de España, preparadores físicos que instaurarían los gimnasios municipales y hasta un deportista olímpico saldrían de sus instalaciones. 48 años de esfuerzo por hacer grande el judo y por trasladar los beneficios del deporte a todos sus alumnos y alumnas. Hoy continúan trabajando en este esfuerzo con clases que van desde los 4 años. La pasión de Bernardo y la profesionalidad de Mari Nieves han permitido que el gimnasio creciese y se mantuviese en los momentos más complicados. Gimnasia de mantenimiento y distintas Artes Marciales son la esencia de este club por el que pasan las generaciones familiares construyendo una trayectoria de dedicación al deporte, al respeto y al esfuerzo: “Yo no necesito campeones, necesito personas. Los campeones ya los haremos. El ego se queda en el día que te subes al podio. Al día siguiente ya tienes que retomar tus entrenamientos, tus estudios… Nosotros les exigimos a nuestros deportistas que estudien, que se formen. Si un niño viene con suspensos, no lo llevo al campeonato.”

Bernardo y Mari Nieves sonríen al hablar de lo que han construído personal y profesionalmente. “Tenemos una historia en A Gaiteira, llevamos 48 años aquí. Conocemos a todos los vecinos. Hay abuelos que vienen a entrenar y sus nietos a clases de judo”, cuenta Mari Nieves. “Una de mis grandes satisfacciones es que tengo un nieto que es Campeón de España de judo, es un excelente jugador de baloncesto y un excelente estudiante”, concluye Bernardo. 

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