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I-LAB significa Inclusión Laboral
Francisco Javier Mouriño Grandío es el gerente de I-LAB desde su creación en 2016. Llegó al proyecto después de una larga trayectoria participando en la lucha por la promoción y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad. Entre otras cosas, en el 2007 fundó y dirigió la Sociedad Deportiva de GRUMICO (grupo de personas con discapacidad de A Coruña). En el año 2014 Javier alcanzó la presidencia de la entidad.
GRUMICO lleva desde el año 1979 trabajando por los derechos de las personas con discapacidad física, con el objetivo de lograr la plena inclusión social. Entre los múltiples servicios que ofrece Grumico, se encuentra la formación en su propia escuela de joyería. “La escuela les da muy buena formación, pero detectamos que no había oportunidades laborales y así es cómo se decide montar I-LAB.”, cuenta Javier.
I-LAB surge entonces como una forma de atender a las necesidades laborales de los alumnos de la escuela, formando un Centro Especial de Empleo sin ánimo de lucro: “Un Centro Especial de Empleo tiene que tener por lo menos un 75% de la plantilla que sean personas con discapacidad. En nuestro caso es el 100%. Sin ánimo de lucro significa que todos los beneficios se van a reinvertir en formación o en empleo”.
El equipo de I-LAB trabaja en el diseño, reparación y venta de joyería artesanal; pero también ofrecen un servicio de transporte adaptado para llevar y traer a niños con discapacidad a sus centros educativos. En la actualidad en I-LAB hay trabajando 5 personas: dos operarios de taller, una conductora, un acompañante en el transporte y Javier como gerente.
Las piezas de I-LAB son únicas y de alta calidad. Trabajan la plata, el esmalte al fuego, el cobre y, bajo encargo, también el oro. “Tenemos muchísima variedad. Trabajamos sobre todo la plata y la combinamos con piedras naturales y con el esmalte. Hay unas 300 piezas referenciadas y después las que no tienen referencia porque son piezas únicas. Aunque en realidad son todas únicas porque al ser artesanal, es complicado que salgan iguales”, explica Javier.
I-LAB significa Inclusión Laboral y es un ejemplo de cómo hacer efectiva la misma, mediante un proyecto que se nutre del valor que aportan cada uno de los miembros del equipo. Un proyecto que, a buen seguro, seguirá creciendo porque, como Javier afirma, “queremos seguir creciendo y dar empleo al mayor número de personas que podamos”.