Comercio de barrio
Mercería O Cestiño, la mercería que tiene de todo
Nuria Belén López está al frente de Mercería O Cestiño desde el 2012 y le acompaña, con una larga trayectoria en la mercería, Esther López
Manuela, suegra de Nuria, abrió el negocio en 1984, ella era costurera y tenía una alumna: Esther. Con la iniciativa de Manuela, las dos fueron aprendiendo todo lo relacionado con la mercería, un mundo lleno de detalles, cientos de variedades de artículos que tenían un destino, la confección de prendas que realizaban sobre todo las costureras no sólo de la ciudad, sino en el caso de O Cestiño, de la comarca y de Galicia.
Esther va a su memoria muy viva y emocionada, explicando, “abrimos y esto se llenó de clientes que venían de todas partes, no parábamos, abríamos a las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde y nuevamente desde las 4 hasta las 9 de la noche. Era un no parar, teníamos de todo y eso nos daba mucho nombre, ya que la gente sabía que aquí iba a encontrar todo lo que necesitaba”.
Continúa diciendo Esther: “Manuela era costurera y yo estaba aprendiendo a coser con ella, no conocíamos cómo era el mundo de la mercería y aprendimos día a día”.
Esa intensa actividad duró años y O Cestiño consolidó un nombre en el mundo de la confección. Venían costureras de muchos rincones de Galicia a surtirse para la confección de ropa que, en ese momento, mucha era hecha a mano.
Pasó el tiempo, creció la confección industrial, las calles se llenaron de negocios de ropa, la moda de las grandes firmas se popularizó y modificaron totalmente los hábitos en nuestro estilo de vida: “usar y tirar”.
Manuela, que contaba con tres empleadas, se jubiló en 2012. En ese momento se planteó cómo traspasar su legado a las siguientes generaciones. Sus trabajadoras deciden no “coger el guante” pero su hijo y su nuera, sí.
En el año 2008, con la llegada de la crisis financiera que pone en jaque a la sociedad, paro, desahucios… Nuria, arquitecta y Marcos hijo de Manuela, aparejador, se quedan en paro y ahí estaba la mercería O Cestiño esperándoles para que le dieran continuidad.
Nuria se pone al frente, con su suegra y dos trabajadoras. Aprende el funcionamiento del negocio, se hace cargo y se implica totalmente.
La crisis financiera del 2008, generada por la banca, deja a mucha gente en el camino, se cierran negocios, hay miles de personas en el paro… y las mercerías también reciben el golpe: la cultura de usar y tirar, gana espacio y se va instalando en la sociedad.
Nuria y Esther viven en primera persona ese cambio y van viendo como sus clientas costureras van desapareciendo, el oficio se va perdiendo, aunque todavía quedan algunas costureras que necesitan de todo el surtido que tienen en la mercería. También en momentos de crisis los arreglos de ropa ganan fuerza, la gente arregla más la ropa y eso también lo notan en O Cestiño.
La paquetería gana más espacio en la mercería, ya que es un complemento necesario: interiores, pijamas, batas, calcetines… Ellas todavía utilizan y conservan la máquina de hacer cinturones y forrarlos con la tela que el/la clienta les trae, o esos botones forrados de tela que son tan especiales.
Hoy miran al futuro, con incertidumbre, no se sabe cómo viene, sólo se sabe que hay que estar y afrontarlo con paciencia y esmero. O Cestiño sigue ofreciendo la gran variedad de artículos típicos de una mercería: desde la aguja hasta la cinta métrica, las gomas, las cremalleras…
Y algo que es persistente en las palabras de Nuria: “necesitamos un aparcamiento público, en esta zona no tenemos y eso nos genera un perjuicio, ya que la gente no tiene en donde poder aparcar para pararse un momento en la zona”.
Además O Cestiño se sube al carro digital y en poco tiempo tendrá su tienda online, en donde al día de hoy recibe pedidos de diferentes puntos de Galicia y con su tienda en internet intensificará su actividad.
Mercería O Cestiño, está en la Avenida del Pasaje número 6.