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Frutería A Campiña: una apuesta por la calidad y la confianza
Cada día nos preocupamos más por lo que comemos: Cómo han tratado ese producto, de dónde procede, qué añadidos puede contener... Son algunas de las preguntas que rondan por nuestras cabezas cada vez que decidimos hacer la compra.
Por suerte, en todos los barrios podemos encontrar lugares que, regentados por profesionales mayúsculos, toman esa responsabilidad como parte de su trabajo diario. Este es el caso de María de A Campiña, una de las personas que se ocupa de que en Los Mallos haya siempre verdura y fruta de la mejor calidad y con la confianza de ser un producto que ha sido tratado con la mayor seguridad.
Este afán por introducir productos ecológicos que aportasen a nuestras mesas un plus de naturaleza en estado puro, fue lo que movió en su día a María a montar su establecimiento. Sin embargo, todavía era un poco pronto para convencer a todos de esa apuesta ecológica. Seguramente el futuro nos lo confirme.
Mientras tanto, todos aquellos que nos preocupamos por nuestra alimentación, podemos contar con la seguridad de que en A Campiña tendremos la mejor fruta y verdura. María selecciona a sus proveedores para que todo salga siempre bien y se asegura de que el producto sea el más saludable. Además, se trata de una persona que ha encontrado en la alimentación una pasión más allá de lo profesional. Un ímpetu que la lleva a estar siempre al día de cualquier novedad importante en el sector. Sobre todos estos temas hemos hablado con ella y nos hemos dejado aconsejar para hacer la mejor macedonia para este verano
¿Por qué es mejor comprar la fruta en tiendas de barrio que en grandes superficies?
Yo diría que por la frescura. Yo no digo que en el supermercado no estén las cosas frescas, que conste, pero eso pasa todo por una plataforma. Aquí en A Coruña tenemos la suerte de que tenemos el mercado central aquí al lado, entonces la verdura está recogida hoy y mañana está a la venta. En los supermercados ocurre algo parecido, pero como todo pasa por una plataforma y tiene un recorrido más largo hasta llegar al supermercado... A veces tardan dos días y eso, en una lechuga por ejemplo se nota. Aquí trabajamos con producto a menor escala, ellos trabajan con mayor escala de productos... Es otra forma.
Yo, por ejemplo, tengo mis tres personas de confianza en el mercado. Me fío de ellas. Además saben lo que me gusta y cómo me gusta y si lo tengo que pagar más caro, lo pago. Me gusta que el producto sea muy fresco, que sea recogido del día anterior. Esa es una de las ventajas, sobre todo de las verduras y frutas de temporada aquí.
También el trato con las personas... Las vas conociendo. Tú vas al supermercado y compras la fruta y ya está, pero no te recomiendan normalmente. Es verdad que a veces nosotros nos equivocamos porque algo puede tener muy buen aspecto por fuera y ser de una marca que has trabajado siempre, pero te sale malo. Claro, no es un tornillo, no siempre sale igual porque es una cosa viva.
¿Por qué procedencia sueles apostar en tus productos?
Lo más cercano que pueda. Si lo hay español... español. Si lo hay gallego... gallego. Luego, claro, hay cosas que tienen que venir de fuera porque si no, sería imposible tener toda la variedad de productos.
¿Qué producto tienes ahora mismo que sea imprescindible venir a probarlo?
Los raños. Son un tipo de ciruela que dura nada, una semana y pico. Es de aquí, de la zona de As Mariñas. Después... las cerezas, que las tenemos para todos los gustos y las fresas de Abegondo que están buenísimas este año.
Cada vez más gente se preocupa por lo que come. Cuidarnos más es una tendencia. ¿Qué les dirías que es lo más importante en cuanto a frutas y verduras a aquellas personas que quieren comer mejor?
Cuanto más de cercanía mejor. No puedes pretender comer cerezas en diciembre porque vienen muy lejos y son muy caras... Pasan por cámara, por avión... Yo siempre les digo que cuanto más fresco mejor. En Galicia tenemos suerte porque por el clima tenemos casi toda la verdura todo el año.
¿Cómo ves el futuro del negocio?
Las grandes superficies han hecho daño y se nota. No es que a la gente no le guste venir al comercio pequeño. La gente está bastante con el comercio pequeño, pero los horarios de los supermercados son muy grandes. Tú aquí al final eres una persona y no puedes cumplir esos horarios sin trabajar 14 horas al día. Yo creo que es la comodidad: sales de trabajar apurado y ya compras todo, pero bueno... Yo creo que la gente está cada vez más concienciada. Yo lo veo.
Veo a gente joven que se preocupa mucho por lo que come y por lo que le dan a sus hijos. Yo tengo buenas esperanzas.
¿Crees que estamos avanzando hacia un sector más ecológico?
Yo creo que sí. Es lento el proceso, pero vamos por buen camino. A mí me parece muy importante. A mí no me gusta comprarle la verdura a alguien que no conozco o que no sepa cómo trabaja por culpa de eso... No saber si no se cumplen los plazos para los pesticidas y demás productos. Es algo a lo que le tengo mucho respeto porque aunque el residuo que queda es poco, tú al final del año consumes mucho. Si se cumplen los plazos no pasa nada. Por eso a mí me gusta comprar el producto a gente que conozco y sé cómo trabaja.