Este Sindicato viene observando con preocupación la deriva tomada por la compañía, desde que hace casi dos años fue comprada por la actual directiva. Desde ese momento el nuevo equipo directivo trató de modificar las condiciones laborales existentes, en muchas ocasiones sin contar con la representación legal de los/as trabajadoras/es o a pesar de llegar a un acuerdo, posteriormente este fue incumplido.

En los diferentes centros de trabajo existen acuerdos desde hace años que la Mercantil pretende cambiar, lo que supone el empeoramiento de las condiciones de trabajo, en un sector donde la precariedad laboral golpea con fuerza a través de la temporalidad, bajos salarios, parcialidad, dificultades para la conciliación de la vida personal y profesional. La empresa ha utilizado los despidos disciplinarios sin causas para los mismos, obligando a las personas trabajadoras a judicializar el caso, y así retrasar el pago de la indemnización como despido improcedente. También son constantes los errores en las nóminas y en el cálculo de las retribuciones variables.

La CGT, en todo este tiempo, ha tratado de buscar soluciones, pero se ha encontrado con la negativa de la Dirección, que insiste en aumentar la presión sobre la plantilla con objetivos inalcanzables, sin tiempo para la formación, escuchas indiscriminadas con el fin de encontrar el mínimo fallo o el hostigamiento por parte de los mandos intermedios, incluso se ha establecido la obligación de atender a tres clientes al mismo tiempo, en el nuevo servicio de WhatsApp de la empresa de telecomunicaciones Movistar.

La CGT ha denunciado ante la autoridad laboral competente que este modelo impuesto por ABAI, antiguo eXTEL, ya que supone un grave riesgo para la salud de los/as trabajadores/as, por ello, este Sindicato no ha tenido otra alternativa que movilizar a la plantilla con el objetivo de que la Dirección de marcha atrás en sus planes, respete los acuerdos vigente sobre asuntos tan importante como el tiempo de descanso o la planificación de las vacaciones, así como que paralice el cambio unilateral de los criterios para las retribuciones variables, que ha tenido un impacto muy negativo sobre las mismas.