Entrevista con Toni Borrell de la plataforma Stop Mare Mortum
"Refugiados” atrapados temen por sus hijos
Buenos días Toni, ¿cómo nació Stop Mare Mortum?
La plataforma Stop Mare Mortum nació el abril del 2015 a raíz del naufragio, en el canal de Sicilia, de una embarcación que transportaba centenares de personas, de las que se calcula acabaron muriendo unas novecientas.
Fuente: Pressenza | Redacción Barcelona | Esperanza Fernández, Javier Belda, Joana Alumá
Este hecho originó que muchas personas que hacía ya tiempo trabajábamos en otras organizaciones, con entidades de derechos humanos, con entidades con relación con personas inmigradas, decidiéramos empezar a trabajar conjuntamente para dar voz a la ciudadanía ante esta situación.
Hicimos una reunión y enseguida vimos la necesidad de actuar en este ámbito, así nació Stop Mare Mortum. Desde entonces SMM ha ido creciendo, y la situación ha ido empeorando.
Pero, la situación no era nueva, ya era grave hacía mucho tiempo. 36.000 muertos desde el año 2000 son muchos muertos. Pero las llegadas de los últimos meses lo han hecho mucho más presente. Ha salido mucho más en los medios y la gente se ha preguntado mucho más qué estaba pasando. Esto ha dado lugar a que recibiéramos muchas demandas de actividades de sensibilización o de gente que ha estado en el terreno, etc., etc. Y que, a la vez, tuviéramos un papel en la elaboración de un discurso, por lo cual SMM es ahora una plataforma de referencia en esta temática.
¿Podrías hacernos un resumen de las acciones más importantes que habéis hecho?
Nuestra primera acción fue para conmemorar las muertes que se habían producido en el Mediterráneo. Desplegamos una pancarta desde la Pedrera, ante la sede que la Comisión Europea tiene en Barcelona, con el lema “Paremos el genocidio en el Mediterráneo” y también lanzamos ropa desde la azotea en señal de estas muertes. Éramos pocos, pero fue un acto importante porque marcó un antes y un después. Se demostró que por parte de la ciudadanía sí que había una sensibilidad ante unos hechos que no tenían ningún tipo de espacio social que los denunciase. A partir de ahí hemos hecho diferentes actuaciones. En octubre pasado, y con otras organizaciones, una manifestación denunciando las maniobras que la OTAN estaba haciendo en el Mediterráneo.
Varias actividades en el marco del “Día del emigrante”, con el colectivo de personas recién llegadas, el colectivo de manteros, etc., etc. Una manifestación por el “Día Internacional contra el racismo, la xenofobia y otras formas de discriminación”, en la cual se pretendía, junto con la unidad contra el fascismo y el racismo, hacer una denuncia de las diferentes formas de discriminación que tenemos aquí, en nuestra casa y también históricamente; desde nuestro pasado colonial hasta las agresiones racistas que nos encontramos actualmente. El acto final se hizo en la playa, a lado del mar, como espacio donde cada día mueren persones, algo que parece olvidarse demasiado a menudo.
La última acción ha sido la manifestación del 19 de junio, conjunta con muchas organizaciones. Allá Stop Mare Mortum actuó como entidad paraguas e hizo un llamamiento a la ciudadanía para salir a la calle a denunciar el inmovilismo por parte del mismo estado español ante el tema de las acogidas y también de las políticas migratorias de la Unión Europea y de los estados europeos.
Pero nosotros decimos que quizás las acciones más importantes que hacemos son un trabajo constante de hormiguitas, de charlas a casales de Barcelona, de ir a un pueblo fuera del área metropolitana, porqué nos lo piden. Las grandes movilizaciones son necesarias, pero aquello que creemos imprescindible es el trabajo del día a día, las tareas a través de las redes sociales, los medios, etc., para mantener el tema presente.
¿Nos podrías decir por qué crees que, aun sabiendo que los hechos continúan, en los medios de comunicación ahora ya no se habla tanto como tiempo atrás?
Creo que un elemento clave ha sido el hecho de la invisibilización que ha sucedido a raíz del desmantelamiento de los campos. Había muchos, grandes o pequeños, desde el de Idomei hasta en el mismo puerto del Pireo. Pero cuando se produjo el desalojo de estos espacios, en los cuales había acceso directo y fácil por parte de medios de comunicación y también de los voluntarios, se produjo una invisibilización de estas personas.
Transportan a la gente a campos militarizados del gobierno griego, donde no hay acceso ni de medios de comunicación ni de voluntarios, que son las dos fuentes principales de información que se tenía hasta aquel momento.
La estrategia era clara, y uno de los objetivos que había era la invisibilización de estas personas. Y así está ocurriendo. No tienen apoyo por parte de organizaciones de voluntarios, que habían tenido un papel muy importante y, sobre todo, no se les está dando salida jurídica, no se les está facilitando ningún tipo de información sobre sus derechos, no se les dan opciones alternativas a sus situaciones más allá del registro que se está haciendo de forma masiva. Y esto del registro no quiere decir que sea ya el proceso de reubicación, quiere decir simplemente conocer que está allí y que pueden entrar después al proceso de reubicación.
¿Los voluntarios, tienen acceso a la zona?
Según el campo hay algunas organizaciones que entran, son las acreditadas, otras muchas no, porque no lo están por el gobierno griego porque no cumplen los requisitos, no les gustan, o porque ellas mismas no quieren entrar dentro de un sistema que tiene a personas en una situación muy, muy lamentable.
Creo que hay campos donde se les corta el agua cada día, donde no tienen luz las veinticuatro horas, donde están infestados de mosquitos o están colocados dentro de una antigua fábrica de uralita. Hay visitas constantes en los hospitales por parte de niños que tienen el cuello inflamado por este problema.
El acceso es muy restringido y es evidente que por parte de los periodistas toda su presencia de antes no está en los campos militarizados.
Si el problema se hace invisible, es cómo si no existiera…
Exacto. Y esto es también una forma de violencia. Cuando a veces oímos “… Bueno, es que ahora están en un lugar donde no hay disturbios fronterizos y no es necesaria la intervención con botes de humo y todo esto…” De acuerdo, pero es que ahora ya no tienen derecho a decidir nada sobre su vida, están en una situación de absoluta miseria, en un lugar donde no deciden nada, y sin ni siquiera la dignidad de poder decidir donde van o no van. Cuando estaban en un asentamiento informal tenían la libertad de entrar, salir, venir e ir cuando querían. Ahora no tienen ni esto.
¿Qué opinas sobre las grandes organizaciones que se están encargando de cubrir este conflicto?
Antes de hacer un análisis más crítico, hemos de diferenciar claramente entre organizaciones. Unas son entidades independientes, de la sociedad civil, que hacen su tarea por una falta de acción de las administraciones. Otras, como ACNUR, pretenden actuar como entidades de la sociedad civil, pero no lo son. ACNUR es una agencia de las Naciones Unidas, que está formada por estados, por lo tanto, ACNUR, es una organización institucional.
A partir de aquí podemos hacer un análisis más o menos crítico de unas y otras. A las entidades del ámbito de la sociedad civil quizás se les critica su inacción, pero no es su obligación, ¿verdad? Esto no las exime del hecho que, en algunos casos, podrían hacer mejor trabajo.
En temas de menores, he visto a “Save the children” en algunos lugares. No sé si hacen buen trabajo o no. Lo desconozco. Pero aquello que sí sé es que ACNUR no ha estado a la altura, ni mucho menos. Es más, diría que no ha hecho ningún favor a la situación de estas personas. Ha estado desaparecida, ha dado información que no era veraz, porque lo sabemos, y, desde nuestro punto de vista, no están haciendo su trabajo.
Y digo que el trabajo de ACNUR es, al menos, cuestionable, no completo o dudoso porqué la situación de información legal que tienen estas personas es absolutamente precaria.
Nadie sabe a que puede acceder, cuáles son sus derechos, quién se los puede otorgar, qué coberturas pueden tener por parte de las diferentes administraciones, qué alternativas tienen a su situación: pedir el asilo, la reubicación familiar, o incluso el regreso. Encontramos personas en Grecia que están ante una valla hace meses, privados del derecho a la libre circulación, y con su petición de asilo sin atender. Ambas cuestiones son derechos universales de la carta de derechos humanos.
Y además nos encontramos con que esta gente hace muchos meses que está allí y tiene miedo por sus hijos, porque están en un campo militarizado, con todo lo que esto comporta, que se les acaba el dinero que tenían previsto para los primeros tiempos en el lugar donde llegaran, porque simplemente ya están cansados. Pensaban que Europa era una cosa y se han encontrado otra. Pensaban en una Europea de solidaridad, de respecto a los derechos humanos, etc., etc. Y no han encontrado nada de esto.
Entonces, ¿qué está pasando?, que estas personas, en el mejor de los casos, están pensando en volver a Turquía, porque hay otros que están volviendo a Siria. Pero lo hacen de forma irregular, porque no se les da otra alternativa. Están volviendo a pagar a mafias, que ponen en peligro su seguridad física, y ponen en peligro también su estabilidad económica, porque los retornan a un país que evidentemente no es seguro, a pesar de lo que diga la Unión Europea.
Y lo tienen que hacer así porque ni siquiera se está informando que hay un programa de la OIM, Organización Internacional para las Migraciones, que trabaja el regreso voluntario. Es decir, esta gente podría estar volviendo de una forma segura y gratuita, con una acogida con cierta dignidad una vez llegados, pero nadie les informa de esto. Y estamos hablando de derechos; no es caridad, ni es compasión, es una obligación de los estados hacerlo.
Cuando Stop Mare Mortum vio esta situación de desinformación, de abandono jurídico y legal, empezamos a trabajar con un grupo de abogadas para mirar de garantizar información. Hemos contratado un abogado en Grecia, que pagamos Stop Mare Mortum. Miramos de garantizar la información. Si la persona decide que se quiere quedar y dice, ¿qué puedo hacer?, pues mira tienes la opción de reubicación, puedes solicitar asilo, si tienes familia en Alemania o en otro país europeo puedes pedir el reagrupamiento familiar…
Otros, por ejemplo, quieren probar de ir a Alemania de forma irregular, entonces les informamos de que les puede comportar, cuáles son los problemas con que se puede encontrar; pero no le decimos a nadie “escucha, esto no lo hagas”, nosotros no queremos privarle la libertad a nadie, ante una situación de absoluta indignidad en que los hacen vivir para decirles lo que tienen que hacer. Entendemos que los que tienen que decidir su situación son ellos mismos. Sí les decimos que si al llegar tienen algún problema, nos avisen, nosotros llevaremos su asistencia jurídica.
¿Cómo podríamos ayudar en este proyecto jurídico de asistencia?
En nuestra página web hay un apartado donde se pueden hacer donaciones para poder alargar la contratación de esta persona abogada o contratar más. Cómo os decía, ahora mismo la principal carencia es la situación jurídica de estas personas. Nosotros les damos cobertura, información, miramos de agilizar trámites y facilitarles las cosas. Y en los casos de menores vulnerables o personas vulnerables por enfermedad, elevamos denuncias al “síndic de greuges”, al síndico de agravios griego, al defensor del pueblo del estado español. También, a través del artículo 38 de la Ley de asilo, procuramos que estas personas puedan acceder a la embajada española en Atenas, para poder solicitar el asilo al estado español; mediante la aplicación de medidas cautelares, el juez podría considerar que estas personas están en una situación de vulnerabilidad y es necesario que para hacer la solicitud de asilo se trasladen a territorio español.
También miramos que estas personas puedan estar en una situación digna, porque no sirve de nada tener un abogado si acabas viviendo dentro de una tienda, en una nave industrial llena de mosquitos y sin tener para comer cada día, y a veces sin agua corriente. A estas personas que están en una especial vulnerabilidad, niños que están enfermos, miramos de introducirlas en algún tipo de red de apoyo para que no tengan que vivir en una tienda de campaña.
Ahora tenemos un niño con una malformación congénita en la cabeza, lo operaron cuando era pequeño, ahora tiene 7 años y hace meses que no tiene un control médico, no toma medicamentos, ya empieza a tener pérdida de visión, etc., etc.
Esto lo digo porque, hoy mismo, una de estas familias ha entrado en un hotel y después pasará a un piso.
Nosotros aceptamos todo tipo de colaboración posible porque Grecia está como está y hay lugares que no nos aceptan el pago a través de bancos porque lo que necesitan es efectivo.
¿Ahora mismo el estado español no tiene ningún dato oficial?
En diciembre del 2015 el estado español se comprometió a acoger entre 16.000 y 19.000 personas en el programa de reubicación. Hasta ahora no ha entrado en funcionamiento. De forma muy puntual, han llegado unas decenas de personas. En muchos casos han dicho que no había llegado más gente porque no había más solicitudes, esto es mentira, nosotros tenemos prácticamente 300 personas que han firmado pidiendo venir al estado español en un programa de reubicación, lo hemos facilitado al estado español y no hay respuesta.
En Stop Mare Mortum también ponemos de manifiesto esto, que no hay ningún tipo de acción por parte del gobierno español a la hora de poner en marcha el plan de reubicación. Nosotros creemos que el tope de 16.000 personas no tiene sentido, hablamos del derecho al asilo, por lo tanto, tendrían que venir los que quisieran, pero, en todo caso, el gobierno tendría que llevar a cabo aquello a que se ha comprometido. Y ahora mismo esto no se está produciendo.