Vida entre el asfalto
A Coruña disfruta del esplendor otoñal de los Apalaches en la Avenida de Arteixo
Este árbol monumental de hoja caduca, introducido a nivel europeo por los ingleses en el siglo XVI, pertenece a la familia de las magnoliáceas y es nativo de norteamérica, donde se encuentra en estado salvaje en la cordillera de los Apalaches y puede llegar a alcanzar alturas superiores a los 50 metros. También conocido como tulípero de Virginia, es una especie que coloniza con rapidez claros forestales y pervive en bosques maduros gracias a su gran tamaño y a tener la mayor tasa de crecimiento anual de todas las especies arbóreas del continente.
Gracias a su gran porte y a su intenso cambio de coloración durante el otoño, este gigante amable transforma en espectáculo las zonas donde se instala para uso ornamental como jardines, alineaciones o medianas. Por este motivo, la introducción de esta especie en la coruñesa Avenida de Arteixo está cambiando la vida de este rincón de Os Mallos, un hecho que pocos conocen pero todos disfrutan.
El enclave, que por derecho propio se ha convertido en uno de los "pulmones" de la ciudad, se encuentra a escasa distancia a pie del parque de Vioño. Poco a poco, la herculina pasa del gris al verde y se abre a la naturaleza.
A mayores, las "soluciones habitacionales" instaladas por el ayuntamiento coruñes para los pájaros, una suerte de adorno funcional que sirve de colofón a una de las decisiones más racionales, sensatas, congruentes y acertadas que se recuerdan en la ciudad de cristal.