Mientras el presidente español, Pedro Sánchez y el canciller alemán, Olaf Sholz estaban reunidos en el marco de la cumbre hispano-alemana en A Coruña; Greenpeace desplegaba una enorme pancarta en la fachada del edificio situado en frente. Cuatro activistas, dos hombres y dos mujeres, se ocuparon de realizar la reivindicación en contra de los combustibles fósiles y a favor de las energías renovables. “Sánchez y Scholz deben abandonar proyectos de alto coste económico y climático como el Midcat y sellar un compromiso de colaboración para acelerar la transición energética hacia las energías renovables, la eficiencia y el ahorro, que respondan a las necesidades de la ciudadanía y hagan frente a la emergencia climática. España no debe ni puede ser un hub de gas, sino de energía renovable”, ha declarado en comunicado José Luis García, responsable de Clima en Greenpeace.

Hacia las 20:30 horas los miembros de Greenpeace daban por terminada la acción, recogiendo el cartel y descolgándose de la fachada. Inmediatamente fueron reconocidos por las fuerzas y cuerpos de seguridad.

¿Qué es el MidCat?

La pancarta de Greenpeace oponiéndose al MidCat, llega en el momento oportuno. Hace apenas dos meses, el mismo Olaf Scholz insistía a Pedro Sánchez acerca de la conveniencia de este proyecto entre España y Francia y volvía a poner la cuestión sobre la mesa.

El MidCat es un proyecto de gaseoducto de 226 quilómetros de tuberías desde la localidad catalana de Hostalric hasta la francesa Barbaira. Lleva estancado desde 2019, cuando los gobiernos Español y Francés señalaron que no se trataba de un proyecto lo suficientemente maduro para llevarlo a cabo.

Sin embargo, la posición española parece haber cambiado desde que Alemania mostró su interés por apoyar su construcción pues, a principios de septiembre, planteaba de nuevo el proyecto. Pese a ese interés, el presidente francés, Emmanuel Macron, señalaba en rueda de prensa que el camino del MidCat es un error y que los gaseoductos actuales entre sendos países son suficientes. 

Mientras tanto, la ministra española de transición energética, Teresa Rivera defendía la pertinencia del MidCat. Entre otros  motivos, esgrimía que el gaseoducto podría en el futuro, transportar hidrógeno verde.

Para Greenpeace la cuestión va más allá de si los gaseoductos son suficientes o no. La postura de la organización es la de señalar las inversiones gasísticas como una falsa solución que desvía el foco de la transición hacia energías renovables. Una posición basada en varios informes técnicos y científicos publicados recientemente por consultoras especializadas como Artelys (Marzo 2022), Bellona (Marzo 2022), EG3 (Junio 2022), ECF, o Universidad Pompeu Fabra (2022), que consideran que esta y otras infraestructuras de gas como el MidCat no son necesarias, ya que para la fecha en la que entren en servicio la demanda de gas en la Unión Europea deberá haber sufrido un fuerte descenso ocasionado por las políticas de descarbonización.