Empecé a beber porque veía a mis amigos beber y les escuchaba decir que era divertido. Yo pensaba que iba a ser eso de estar borracho a salir de fiesta pero no fue así. Al principio no me daba cuenta que el alcohol se apoderaba de mi, de mi vida y de lo que estaba a mi alrededor.

Poco a poco mi vida se fue destruyendo; primero problemas de dinero, después actos de mal juicio y poco a poco todo lo empecé a perder. No podía parar de beber, hacia lo que fuera necesario para beber, estaba enganchado al alcohol. También me incitaba a tomar drogas y luego era un bomba: alcohol, drogas, pastillas psiquiátricas. Nadie sabia como ayudarme: ni los médicos, ni mi familia, ni amigos, parejas... Yo lo sabia pero no lo quería ver, no sabia qué hacer, todos los días tenía que beber y no podía parar.

Mis padres me echaron de casa, acabé en la calle y fue todo a peor. Acabé perdiéndolo todo pero no podía parar; cartones de vino, cervezas, lo que fuera. No podía vivir sin beber. Un día, una persona en la calle me dijo que había un grupo de Alcohólicos Anónimos y me acerqué ahí.

Desde ese día nunca más he vuelto a beber, ni consumir drogas. El día que llegué tenía 27 años y vivía en un albergue. No tenía nada y me iba a morir si seguía bebiendo. Así, hoy vivo con familia, gracias al programa de Alcohólicos Anónimos 24 Horas Coruña.

El alcoholismo es un problema de salud, no de vergüenza. Puede tocar a cualquiera: joven, mayor, mujer, hombre, pobre, rico...

Si crees que tienes problemas con la bebida o conoces a alguien que crees que puede tenerlos, llámanos al 981 13 47 91, o ven a informarte sin obligación alguna a: Calle Ramón Menéndez Pidal 3 bajo, 15007 - A Coruña