Aplaudidos héroes sanitarios, castigados sin vacaciones
“Ningún papel escrito, ningún documento oficial, sólo una pequeña reunión con el personal del turno de mañana y difusión vía Whatsapp para comunicarnos que no podremos disfrutar los días de libre disposición o adicionales de vacaciones -y que por ley nos corresponden- durante los meses de julio y agosto, salvo que dichos días sean cubiertos por parte del personal de plantilla”, dice la carta de queja que personal de enfermería de la UCI del Hospital da Coruña (CHUAC) remitió este lunes a la Gerencia y al departamento de Recursos Humanos.
Queja desde la UCI. La cancelación de las vacaciones –salvo en el caso de “autocoberturas”; es decir, que un trabajador se preste a cubrir el turno de otro– afecta a todo el personal del centro hospitalario y centros asociados. Pero han sido las enfermeras de la UCI de la quinta planta, uno de los servicios que estuvieron al límite durante los peores días de la crisis de la covid19, las que han encabezado la protesta.
Demanda de descanso. Las trabajadoras recuerdan que “el personal viene de estar al pie del cañón durante los momentos más duros de la pandemia, ese personal de primera línea al que todo el mundo aplaudía” y al que ahora se le niega “algo tan básico como que pueda disfrutar de sus descansos cuando los necesita”.
"Que contraten personal". La razón que aducen los responsables sanitarios es idéntica a la de años anteriores. No hay personal. “Una razón que se repite año tras año en estas fechas y que, o bien no existe, o por lo menos no de forma tan acusada en otras áreas sanitarias de la Comunidad Autónoma de Galicia, donde sí se hace cobertura de gran parte de los días que se solicitan”, explica el escrito de las trabajadoras, que sugieren que “el bono de 250 euros que ofrecía el Gobierno de la Xunta (…) debería haberse destinado a la contratación de personal de otras comunidades.
No fue un año normal. “Este año no es un año normal, es un año especial por motivos que nadie necesita que recordemos. Fueron momentos duros, de estrés e incertidumbre, de mucho trabajo, de llorar cuando ya no podías más, de frustración, de impotencia, de miedo, de compañerismo y de muchas ganas de que todo acabase y poder descansar, estar con la familia y disfrutar un poco, que también nos lo merecemos”, reclaman enfermeras y enfermeros.