Mallos-Estación-Vioño
La crisis va por barrios
Una de las facetas más llamativas de la anterior crisis de 2008 fueron los desahucios. Una avalancha brutal de familias desahuciadas sucedió a la burbuja de las hipotecas que, alegremente, concedieron los bancos a quienes previsiblemente no las iban a poder pagar.
Sin embargo, los bancos fueron rescatados y las familias, no.
En cada crisis aumenta la desigualdad, aumenta el número de ricos y, simultáneamente, el número de pobres (¿cuántos miles de pobres se necesitan para hacer un rico?).
Tras la crisis derivada de la pandemia, mucha gente ha quedado en paro y ha aumentado el número de personas en riesgo de exclusión social. La mayoría consiguen la ayuda de familiares, una minoría recurrirá a la cocina económica y bancos de alimentos, otra minoría, a la mendicidad. Y otra minoría al pequeño delito (hurtos, robos, etc.). También habrá quien tendrá que recurrir a la ocupación de vivienda al no poder pagar ya el alquiler de la suya. En A Coruña, tenemos 20.000 viviendas vacías.
Las ayudas de la Administración no cubren más que una quinta parte de las personas excluidas. Cuatro quintas partes de las personas pobres no reciben ninguna ayuda.
Socialmente, aumenta la inseguridad y psicológicamente, la depresión y el suicidio.
A todo esto hay que añadir una situación de excepcionalidad psicológica producida por la pandemia que aún no se ha disipado. Distancia física, no dar la mano y menos, abrazos; no estar en aglomeraciones, mascarilla, gel hidroalcohólico cada dos por tres, aforos limitados en hostelería y actos culturales… todo crea una sensación rara en la que la relación con otras personas es siempre peligrosa.
En Los Mallos, hay además una novedad: se acelera la construcción de la estación intermodal. Esto supone un aumento de la especulación urbana en el barrio. No hay que descartar procesos de gentrificación: hay que deteriorar el barrio, estigmatizarlo, para que baje el precio de los edificios; las grandes inmobiliarias se harán con ellos, subirán los alquileres y el barrio se repoblará con gente de mayor capacidad económica, siendo expulsada la gente con menor poder adquisitivo.
En este contexto social ha brotado en Los Mallos un movimiento de protesta ante el aumento de conductas agresivas en la calle y comercios. Se reclama más presencia policial para “echar a ocupas y delincuentes del barrio”. Se habla de “invasiones” y en ocasiones el discurso roza lo discriminatorio. Mala cosa, en una ciudad que aún no ha terminado el duelo por la muerte de Samuel Luiz, probablemente consecuencia directa del discurso del odio.
Otras voces han tratado de moderar el discurso, reivindicando una Coruña “sana, con vivienda digna, intercultural y segura”.
El debate es también entre vecinos. La Plataforma Vecinal, que lleva cuatro años denunciando las malas condiciones del barrio en cuanto a iluminación y locales vacíos, convocó la manifestación de septiembre, tras lo cual una parte se escindió para convocar otra manifestación a primeros de Octubre. Según Pilar Neira, una de las portavoces de la plataforma, “la mayoría éramos partidarios de esperar y ver la respuesta a la manifestación; no apoyamos la del 2 de Octubre”. Valoran positivamente la respuesta del Ayuntamiento tras la reunión de Alcaldía con la Delegación de Gobierno. Están preparando una mesa redonda entre partidos políticos con representación municipal y una marcha de la “Santa Compaña” por las zonas oscuras de Los Mallos para denunciar la carencia de iluminación.
Os Mallos Unidos, escisión de la plataforma vecinal y convocante de la segunda manifestación, valoran positivamente la mayor presencia policial, pero según su portavoz, Alberto Pastoriza, “vemos más coches de policía, tanto local como nacional, pasando por el barrio, pero no vemos controles en la calle”. Además aclara que no son xenófobos, ni adscritos a ningún partido.
El Gobierno Municipal reunió a las asociaciones de vecinos de la ciudad en el Centro Cívico de Los Mallos para tratar el tema de la seguridad. Ya se ha notado más presencia policial en el barrio. La Marea Atlántica y el BNG visitaron el barrio para escuchar de primera mano el malestar y las diversas opiniones al respecto. En el próximo pleno se tratará el tema a propuesta del BNG. La Marea ha planteado que ante una situación compleja hay que dar una respuesta compleja que atienda al tema de vivienda, bajos comerciales, servicios sociales, mediación en conflictos...
José Salgado, de Distrito Mallos, señala los locales vacíos, la mala iluminación y el momento de depresión económica como factores sobre los que hay que incidir para resolver realmente los problemas, más allá de la mera presencia policial. Se muestra preocupado por la mala fama que está cogiendo el barrio, ya estigmatizado, que además aleja a los clientes del comercio.
Aida Antón, de la Asociación de Vecinos, opina que “se ha magnificado la situación y se ha creado un clima de miedo que no beneficia a nadie, al contrario, provoca malestar, sobre todo en personas mayores, que son mayoría en el barrio. Si un atraco lo cuentas quince veces parece que ha habido quince atracos. Es una irresponsabilidad absoluta comparar a Los Mallos con el Bronx”.
El BNG ha propuesto una moción que ha sido aprobada por unanimidad en el pleno municipal, por lo que es de esperar una respuesta más compleja que el mero aumento de presencia policial.
Pero la especulación por la intermodal va a seguir ahí. Y el estigma ya ha sido creado.