Alba Gómez tiene su negocio de confección, Albany Shop, en la calle Corcubión 21
“El Agra del Orzán es un barrio con mucho potencial”
Alba es una mujer joven, dinámica, en ella afloran las ideas permanentemente.
- Alba, ¿cuántos años llevas en el sector de la moda?
- Llevo 11 años en el sector. A los 18 años entré a trabajar en una gran superficie, comencé trabajando en el almacén, exponiendo la ropa y organizando la estética de la tienda, etc. La propia cadena formaba a sus trabajadores, me formé en ventas, en marketing, en todos los campos que requiere este trabajo y tuve la oportunidad de escalar en otros puestos, pero ahí decidí lanzarme a crear mi propio negocio.
-¿Qué te motivó a crear tu propio negocio?
A mí siempre me ha gustado y me gusta el trato con la gente, el asesorarle, pensar en el cliente, qué le gusta, qué necesita, qué estilo le va, etc. Y hacía mucho tiempo que tenía el impulso de montar mi propia tienda, y en el momento en que me sentí preparada y vi la oportunidad me lancé.
En la gran cadena, estás enfocada a exponer las prendas, los precios… el factor de asesoramiento y orientación hacía el cliente no existe. Yo, tanto como trabajadora como cliente, veo que es una parte muy importante ese contacto permanente con el cliente, ya que una prenda dependiendo del tejido, del corte de la propia prenda, etc. te sienta mejor o peor y un profesional debe orientar a su cliente hacia las prendas más adecuadas, y no dejarle entre cientos de prendas que vaya probando hasta que pueda encontrar lo que le sienta bien. Otro motivo ha sido, que es uno de los grandes secretos de las grandes cadenas y conocido por todos, las fábricas en diferentes países, en donde pagan una miseria a sus empleados y luego venden en occidente barato o caro, pero a costa de explotar a la gente.
- ¿Con qué marcas trabajas?
- Sí, yo tengo dos tiendas, una en Ferrol y esta de Coruña en la calle Corcubión 21. Comencé trabajando con marcas de moda sostenible Made in Spain, Cruelty Free que tienen en cuenta la sostenibilidad del medio ambiente y no trabajan con pieles de animales, etc. y tienen unos precios un poco más altos, me encontré que tuve que prescindir de estas marcas ya que no tenían salida y trabajar con otras que también son prendas de calidad pero no prima la sostenibilidad.
Mis marcas son Textil Vila Clothes, firma danesa de muy buena calidad, precios competitivos y que tiene de todo para mujeres entre 30 y 40 años; también trabajo con la firma alemana Hailys enfocada para público joven y femenino. La calidad tiene que primar y el precio tiene que ser competitivo, para que te hagas una idea, en mi tienda tenemos camisetas desde 10 euros hasta un buen abrigo de 80 euros. Con esta calidad y precios trabajamos en nuestras tiendas. Podríamos optar por marcas más baratas, pero su calidad es pésima, no dura ni una temporada y eso no es la imagen que queremos para nosotros. Tiene que ser ropa de calidad a un precio asequible.
- ¿Cómo ves el futuro?
- Para el pequeño comercio es difícil, luchamos ante grandes superficies que tienen muchos recursos y además no dejan la riqueza en la ciudad, se la llevan afuera. Estamos solos ante el peligro, nuestros recursos son la imaginación para llegar al barrio y ciudad y volcarnos con nuestros clientes dándoles el mejor asesoramiento, la mejor calidad y el precio más competitivo.
La lucha del pequeño comercio está asegurada, somos millones de personas que tenemos pequeños negocios, que defendemos nuestro trabajo y que generamos riqueza en este país. Los gobiernos centrales, locales y autonómicos tienen la obligación de estar a nuestro lado y ayudarnos a empujar y tienen esta obligación porque somos generadores de puestos de trabajo, de riqueza que se queda en los propios barrios y ciudades y aportamos seguridad y vida en las calles.
- ¿Cómo ves el barrio?
- Este barrio tiene mucho potencial y entre todos y todas tenemos que tirar de él, necesitamos mayor comunicación entre comerciantes para llegar a los vecinos del barrio y ciudad. Es un barrio en donde te encuentras todo lo que necesitas y está lleno de posibilidades a explorar. Recordemos que la unión hace la fuerza.