Salud bucodental
Bruxismo: el hábito inconsciente que desgasta nuestros dientes
El Bruxismo, rechinamiento o apretamiento dental, es un hábito parafuncional en el que el paciente frota o aprieta los dientes generalmente de manera inconsciente y durante el sueño, si bien en algunas personas este hábito puede llevarse a cabo durante el día.
Pueden presentarse dos formas de bruxismo, de deslizamiento o de apretamiento, cuyo diagnóstico diferencial se realiza por el tipo de desgaste que observamos en los dientes.
Entre sus causas podemos destacar fundamentalmente la existencia de una mala oclusión o relación entre los dientes de la parte superior e inferior. Esta mala situación y/o relación, condiciona que se presenten contactos prematuros o interferencias durante la masticación, y el organismo estimula el hábito en un intento de eliminarlos.
La otra causa principal del bruxismo, es el estrés tan presente en las vidas de las personas, postulándose como una manera de liberarse de dichas tensiones durante las fases profundas del sueño.
No se trata de un problema exclusivo de los adultos, si no que también puede presentarse en niños, siendo en este caso más frecuente en la etapa de dentición mixta, es decir en esa fase donde coexisten en la boca del niño piezas de leche y definitivas. En esta fase pueden existir contactos prematuros que provoquen un rechinamiento dental. Otra de las causas que se relacionan con la aparición del hábito en la etapa infantil son las parasitosis con oxiuros o lombrices intestinales, en cuyo caso habrá que tratar.
Los signos y síntomas más habituales son la aparición de desgastes dentales que pueden ser de dos tipos, efracciones cervicales o desgastes en la zona de la corona o parte visible del diente próxima a la encía (típica de los bruxistas apretadores), y las facetas de desgaste (típica de los bruxistas rechinadores) que aparecen en la zona oclusal o incisal de los dientes posteriores y anteriores respectivamente ocasionando una disminución del tamaño del diente y un aplanamiento de las cúspides de los molares. Como consecuencia de este desgaste suele aparecer una sensibilidad generalizada de los dientes, además de una pérdida de capacidad masticatoria y una alteración de la estética de los dientes. En los casos donde el hábito es más intenso o prolongado aparecen contracturas y dolor en los músculos masticatorios, dificultad para abrir la boca, molestias en la articulación de la mandíbula o ATM, dolores de cabeza, dolores cervicales, sensación de falta de descanso…etc.
El tratamiento se centra en la eliminación de las posibles causas y el tratamiento de los síntomas acompañantes así como en la prevención del avance del desgaste dental. El ajuste de los contactos dentales prematuros provocará una disminución clara del hábito, y la elaboración de una FÉRULA DE DESCARGA o de neuromiorrelajación contribuirá a relajar la musculatura y prevenir el desgaste dental asociado al mismo. En los casos más avanzados puede requerirse de la participación de un fisioterapeuta, y la realización de una rehabilitación protésica del volumen dental perdido como consecuencia del desgaste o tratamiento de ortodoncia para mejorar la relación de los dientes.
Si tienes dudas o crees que puedes estar sufriendo este problema, no dudes en venir a vernos y te explicaremos como podemos ayudarte a solucionarlo a partir de un completo diagnóstico. No dejes que el bruxismo acabe con tus dientes.