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Paraíso del can: donde los animales son familia
María Sara Bucalo nació en Venezuela y desde siempre sintió el impulso de cuidar a los animales; donde nos cuenta: “Desde pequeña yo llevaba a mi casa los gatitos y perritos que me encontraba en la calle. Los cuidaba, los alimentaba, los llevaba al veterinario y les buscaba buena casa.” Sin embargo no fue hasta el año 1995, cuando su primera golden retriever llegó a casa, así María Sara definió su pasión y la convirtió en oficio: “Me inicio en el mundo canino en el año 95 y en el 96 aprendí sobre peluquería. De ahí comienzo en el año 98 a trabajar en una clínica veterinaria y así me inicio en la peluquería comercial y en la de exposición.” Hoy en día María Sara, además de estilista de mascotas, también ha recibido reconocimientos por la Federación Canina de Venezuela por su labor como criadora de golden retriever y se ha formado como entrenadora en la Universidad Lisandro Alvarado.
En Paraíso del can María Sara no está sola. A su lado está su hijo, Nicolás Camposano, cuya pasión por los animales le ha convertido en el compañero perfecto para este negocio. “Yo nací y ya tenía un perro al lado. Llegaron a ser 27 perros los que estaban entre la casa, el jardín… Era una pasada. Recuerdo cuando estaban súper cachorritos y corrían por el jardín. Aquello parecían motitas de algodón saltando.”
Juntos, María Sara y Nicolás, pusieron en marcha hace casi un año este proyecto. Paraíso del can es un negocio especializado en el cuidado y el aseo de las mascotas. Ofrecen, además del servicio de peluquería y estética, productos de alimentación y cosmética. “Para mí es una gran satisfacción tener este negocio ahora. Brindar la experiencia y ver que nuestros clientes están tranquilos y felices.”, señala María Sara. En el negocio entienden que están formando una gran familia y la comodidad de todo aquel que se acerca al Paraíso del can, tenga cuatro patas o dos, es su prioridad. Por eso Nicolás y su madre no dejan de formarse, tratando de ofrecer el mejor servicio, los mejores productos y un buen asesoramiento para las familias. “Queremos que el cliente se sienta en paz. Por eso el cliente puede estar, ver cómo se trabaja. También ofrecemos una atención muy individualizada para cada cliente. Incluso si es algo que podamos desconocer, tratamos de investigar. Lo vivimos muy a fondo porque los animales entregan todo por nosotros”, cuenta Nicolás.