Actividad física y salud AFYS
Actividad física y salud AFYS Rubén Pérez: “El deporte no es un lujo, es una necesidad”
La actividad física controlada y específica para las necesidades de cada uno y una, es una forma óptima de mejorar nuestra salud.
Rubén comenzó entrenando niños, después de haber practicado desde pequeño todos los deportes que se le ocurrieron. Esa experiencia le motivó para comenzar la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte convirtiéndose en Educador Físico Deportivo, colegiándose con el nº 57019. También estudió dos másters: Actividad Física y Salud y Tecnologías Educativas. En la actualidad es doctorando en la UDC con un proyecto alrededor del fútbol femenino.
En 2015 comenzó su experiencia como entrenador personal y guía de grupos reducidos de actividad física, pero en 2021 da un paso adelante y crea su centro: Afys, en Avenida del ejército 10 bajo.
La clave del centro de Rubén es la personalización. Los grupos reducidos de entre 3 y 7 personas o el entrenamiento personal; le permiten orientar al usuario y usuaria de manera específica, adecuándose a sus necesidades particulares y diseñando una actividad física que lleve, por así decirlo, su nombre y apellidos.
¿Qué personas se acercan a tu centro?
Desde personas que vienen con lesiones, como un esguince, porque quieren empezar una práctica deportiva; como personas que tienen lesiones crónicas y todos los días tienen molestias o personas que tienen problemas desde la infancia con la psicomotricidad, el equilibrio… Al final de lo que se trata es de mejorar la calidad de vida de todas las personas que vienen aquí en función de sus necesidades.
Las personas que tienen cáncer, por ejemplo, también son vuestras usuarias ¿qué importancia tiene la actividad física en estos casos?
Los estudios señalan cada vez más que el ejercicio físico es importantísimo, como una parte más de la terapia que van a llevar a cabo. Influye mucho en el tratamiento, por ejemplo, a la hora de ir más preparados. Fortalece el sistema inmunológico y te prepara para esos momentos complejos tanto física como emocionalmente, que van a haber durante el tratamiento.
¿La población en general debería acostumbrarse a hacer deporte?
Sí, más ahora que se está demostrando que cuanto más se invierta en actividad física, menos se va a invertir en fármacos, en ir al médico y mayor calidad de vida.
En general, tanto mujeres como hombres y niños y niñas ¿están interesados en practicar deporte?
Yo lo que veo en mi experiencia es que ahora hay gente de 40, 50 años que no han hecho ejercicio desde pequeños, no tienen el hábito y ahora les está costando más empezar a hacerlo, pero son conscientes de la necesidad que tienen de hacerlo. Lo ideal es que desde el colegio se le de la relevancia que tiene. La importancia que se le de desde la educación va a generar unos hábitos para que la población sea más sana en un futuro y todos tengamos menos problemas de salud. La educación física tiene un valor real. El deporte no es un lujo, es una necesidad para que nuestro organismo esté fuerte y sano.
Esperemos que las personas que tengan 40 años dentro de 30, tengan una visión distinta. Está cambiando, cada vez se le da más importancia.
¿Qué debería de hacer una persona que no se plantea ir a un entrenador personal, pero que empieza a preocuparle su estado físico?
Antes de nada probarlo. Lo primero es ver cómo es. A partir de ahí, la persona tiene que integrarlo como algo más de su vida, sabe que tiene sus 2 ó 3 horas a la semana y no tiene que pensar en nada más porque nosotros ya sabemos, en función de sus necesidades, lo que tiene que hacer.
¿Qué podemos hacer en nuestra vida cotidiana, al margen de estas horas?
Lo que llamamos el entrenamiento invisible. Sobre todo cuidar un poquito la alimentación y dormir. Cuanto mejores sean la alimentación y el sueño, más pronto lograrás los objetivos y te encontrarás mejor.
Hay que evitar el sedentarismo. Es complicado sacar ese tiempo, pero si organizamos en nuestra estructura semanal esas horas; ya no tenemos ese pensamiento recurrente de “bueno, ya lo haré”. Puede empezar como una obligación, pero terminará como una satisfacción. Merece la pena hacer un ejercicio físico controlado, hace que te encuentres mejor cada día.