Silvia Vila es la gerente de la Inmobiliaria Mara López. Trabaja en el sector desde el año 98. Primero fue empleada junto a la fundadora Mara López, después su socia y hoy en día, tras la jubilación de su compañera, se ha quedado a cargo del negocio, que se dedica a la compra - venta y alquiler de bienes inmobiliarios, ofreciendo todos los servicios que se relacionan directamente con esta actividad. Los 25 años que Silvia ha dedicado a esta profesión la avalan para tratar de arrojar luz sobre todas las cuestiones que nos preocupan al respecto del sector inmobiliario en la ciudad. 

¿Cómo están los alquileres en la ciudad? 

No hay un barrio donde los alquileres no estén altos. El centro está disparatado y los barrios están locos. Para mí el mayor de los problemas es que no hay vivienda pública. Si tienes vivienda  pública, el vecino de en frente no puede alquilar a 600 euros si tú lo tienes a 400. Ahora mismo no hay pisos ni de 300 ni de 400, pasan directamente a 500 o 600. Una familia normal, con un sueldo medio, no puede pagar esas barbaridades. Tú no puedes destinar el 50% de tus ingresos  al alquiler. 

¿Se corresponde el aumento del precio con un aumento en la calidad de esos pisos? 

Esa es otra… Pisos que antes, hace 4 o 5 años, costaban 300 o 350 euros, ahora están a 500. Es la misma vivienda. La proporción es disparatada. Un piso nuevo, con garaje y ascensor puede estar a 700 y después, un primero sin ascensor, sin garaje y sin calefacción lo encuentras en 500. Es totalmente desequilibrado. Entonces claro, el que ve que por un piso antiguo y sin ascensor piden 500 euros; pues él va y pide 700 u 800. No podemos partir de esas bases, tenemos que partir de las bases de la economía de la gente. Yo a mis clientes siempre les aconsejo: Poco y bien y no mucho y mal. Nosotros queremos que los propietarios y los inquilinos estén contentos.  Para eso hay que ser razonable, la empatía es fundamental. 

¿Los negocios inmobiliarios tienen responsabilidad en esta situación? 

Yo creo que hay dos franjas muy diferenciadas aquí: los que somos inmobiliaria pequeña de barrio y los que son franquicia. Esta gente viene de fuera, inunda el mercado y se vuelven a ir y así se crea la imagen de: ¡Uf, las inmobiliarias cómo son! Nosotros no tenemos esa política y yo conozco a muchos compañeros que no tienen esa política. Somos inmobiliarias pequeñas que vivimos de hacerlo bien, de tener una cartera de clientes contentos y fidelizados. Las empresas más grandes vienen con un millón de comerciales y a facturar. Eso incide en parte en estos precios. Los propietarios te dicen que ellos les han dicho que podrían pedir más. Que puedas pedir más no significa que debas pedir más. Hay lista de espera, hoy en día el propietario puede  elegir a dedo a quién quiere en su vivienda. 

¿Hay salida para esto? 

Para mí la vivienda social. Seguro que hay muchas otras, seguro, pero yo la que veo más fácil es esa. También tiene sus problemas porque si tú tienes vivienda social, pero luego la gente y las instituciones se saltan las reglas y la Administración hace la vista gorda… No sirve de nada y  después, efectivamente, se especula con la vivienda social. 

¿Cómo van a ser ahora las subidas de precio tal y como se presenta la situación económica? 

El 2% para grandes tenedores. Aquí normalmente se pacta según contrato, algunos con relación al IPC. También tenemos clientes que no lo suben tal y como están las cosas como una deferencia hacia el inquilino. Yo siempre les digo que se pongan en la piel… Por mucho que sobre el papel diga que puedes subir un 8 o un 9… A mí me parece una barbaridad. Nosotros tratamos  de ver caso a caso y no ir sólo al libro. 

¿Compensa más ahora mismo comprar que alquilar?

Compensar, compensa… El problema es la capacidad de ahorro. Mucha gente puede pagar una hipoteca igual o mayor al precio de un alquiler, pero para acceder a ella tienes que tener el 20% porque el banco sólo financia hasta el 80%. 

¿Es importante el papel de la inmobiliaria? 

Es importante porque es una intermediación para que ambas partes lleguen a un punto común. Nosotros intentamos tener una filosofía de justicia para todas. Hacemos todo lo posible para que  sea una relación fluida. Si tú exiges, el otro te va a exigir y si tú cedes, el otro va a ceder. Nosotros intentamos mirar por ambos. Estamos hablando de la vivienda, no nos gusta jugar con cosas tan serias.