¿Cómo surgió la idea de poner un centro de día para trastornos de la conducta alimentaria?

Empecé mi carrera realizando prácticas en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Materno Infantil. Para mí siempre ha sido muy importante ayudar a las personas que tienen problemas de salud mental, porque entiendo que son personas que sufren mucho en sus vidas, y merecen tener una buena calidad de vida. 

Tuve una consulta privada en la que comencé mi andadura en el mundo de la psicología. Reconozco que fue muy duro pero también fui muy feliz creando mi propio camino dentro de este entorno laboral. 

Me especialicé en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), trauma y disociación, EMDR, ansiedad, depresión… Creo que todas las personas tienen derecho a ser atendidas con profesionalidad y cuidado, porque cuando acuden a nuestras consultas, vienen en un momento de gran vulnerabilidad y desesperación. Y nosotras nos convertimos en un apoyo que les ayuda a ir saliendo de ese bucle en el que se encuentran.  

Desde hace poco tiempo, cada vez más escuchamos la urgencia de tratar la salud mental en nuestra sociedad. ¿Por qué es tan urgente en este momento?

En los últimos años se ha vivido un aumento en la demanda de consultas de salud mental y, desde mi punto de vista, ha habido dos puntos clave. 

El primero es que muchos padres y madres han normalizado acudir a una psicóloga o psiquiatra con sus hijos pequeños o adolescentes, y esto ha permitido que se vaya generalizando y que, cada vez, se vea más como otro recurso de apoyo y ayuda cuando hay problemas. Los problemas y trastornos mentales siempre han estado ahí pero, aunque todavía queda bastante recorrido por hacer, ya no son el tabú que podía ser hace unas décadas. 

También ha sido un punto clave la pandemia y el confinamiento. A raíz de esta situación extrema para toda la población, muchas personas han decidido dar el paso de pedir ayuda a profesionales de la salud mental.  

¿Cuáles son los problemas mentales más acuciantes en la sociedad actual?

Los grandes problemas actuales, y por lo que más se acude a especialistas, son la ansiedad, la depresión, y el suicidio. 

¿Existen problemas mentales dependiendo de nuestra edad? ¿si es así, cuáles son los más comunes en las diferentes etapas de nuestra vida?

Más que dependiendo de la edad, depende de la etapa vital. Dependiendo de nuestro entorno y situación vital, nos veremos expuestos a unos u otros estresantes externos, y a nuestros propios temas internos. Por ejemplo, hay trastornos que sólo se pueden diagnosticar en la edad adulta, y otros que aparecen en la etapa infantil. 

Lo que estamos viendo en la actualidad son problemas de gestión emocional en la infancia y adolescencia, habiendo aumentado el número de adolescentes que acuden por autolesiones e intentos autolíticos. En los adultos, sigue habiendo mucha presencia de problemas relacionados con la ansiedad y la depresión (que no son lo mismo), así como trastornos de personalidad. 

En el siglo pasado, en donde había también diversos problemas mentales, siempre han sido escondidos, se tenía vergüenza en reconocer las enfermedades mentales, ¿esto ha cambiado? ¿por qué?

Por suerte, esto es un tema que ha cambiado en los últimos años. Y digo por suerte, pero también ha sido fundamental el trabajo de los y las compañeros y compañeras de profesión que han luchado por buscar un hueco dentro de la salud de las personas, y poner la bandera de la importancia en la salud mental. 

Además, como comentaba anteriormente, la normalización de acudir a un psicólogo por un niño que presenta un TDAH, o que se haya empezado a hablar más en medios y redes sociales de problemas del día a día (como las campañas contra el acoso escolar), ha facilitado que se quiten muchas etiquetas y prejuicios relacionados con los psicólogos. 

Los problemas mentales en muchas ocasiones han sido y son tratados con farmacología ¿se ha modificado, en esta época, el método para tratar las enfermedades mentales?

En muchos casos, por no decir la mayoría, es fundamental el tratamiento farmacológico. Lo que se ha modificado es que ahora se ha empezado a introducir la misma importancia a combinar este tratamiento con el tratamiento psicológico. La medicación es imprescindible pero la intervención psicológica es fundamental en una recuperación. Y la combinación de ambas es la que mayor eficacia ha demostrado en la recuperación de los problemas mentales. 

¿Cómo nos podemos dar cuenta de que padecemos un problema de salud mental? ¿qué debemos hacer en el momento que lo detectamos?

Todos percibimos señales que también hemos ido normalizando en nuestra sociedad actual. Estar más cansado de lo habitual, tener problemas para dormir, que te cueste hacer planes o tener problemas en tus relaciones familiares, de pareja o sociales, no sentir que te reconoces, son algunas de estas señales.  

Cuanto antes podamos detectarlo y, sobre todo, pedir ayuda, antes se podrá resolver. 

Las personas suelen acudir a la consulta cuando ya están completamente sobrepasadas, y llegan agotadas. Cuanto mayor sea el margen de maniobra, mejor.