Vagos y maleantes Extra!
Vagos y maleantes Extra!: Mury
La primera vez que Muriel, o como casi todo el mundo la conoce, Mury, empezó a bajar a la calle a buscarse la vida fue siendo muy joven. “Empecé trabajando en los semáforos a los 17 años en Argentina".
"Tenía amigxs que hacían malabares, fui aprendiendo y me lancé. Y lo hice por el hecho de poder vivir de algo que me apasione, de lo que no hay límite para seguir aprendiendo y a la vez poder viajar, que siempre fue mi pasión”.
Nacida en el año de 1989 en San Carlos de Bariloche, en la Patagonia argentina, llegó a España hace ya muchos años. Estudió piano de los 7 a los 17 años de forma particular y tiempo después también haría un curso de masajista profesional. “En todo lo demás soy autodidacta, si hay algo que me gusta de la vida es estar siempre aprendiendo cosas nuevas y si son prácticas, mucho mejor”.
Y es que, además del piano y los masajes, Mury ha ido sumando múltiples actividades a su manera de ganarse la vida, y en definitiva, de expresarse: “Soy malabarista callejera, trabajo en los semáforos o las terrazas haciendo diábolo o swing con cadenas de fuego, toco el acordeón en la calle, a veces hago pompas de jabón gigantes en las plazas, soy artesana de macramé y alambrismo. También realizo trabajos esporádicos de todo tipo”.
En estos momentos se encuentra trabajando con mayor dedicación en Del lío al hilo, un proyecto de artesanía el que el macramé es el gran protagonista: “Se pueden ver mis trabajos en una página en Facebook con el mismo nombre, y la idea es seguir dándole forma. Mientras tanto practico piano, acordeón y siempre que puedo me escapo a hacer semáforo con los malabares a alguna ciudad”.
Después de tanto mundo recorrido las experiencias que acumula son infinitas, pero al hablar de ello el aprendizaje que nos deja es el siguiente: “Experiencias positivas hay muchas. Conocer mucha gente increíble en muchos lugares dispuesta a enseñar y compartir sus saberes, ser autosuficiente, poder trabajar en cualquier parte del mundo, la sensación de recibir sonrisas, ánimos, alegría también como forma de pago, y la sensación de libertad y de autosuperación cada vez que va bien y logro mis propósitos y metas del día a día, aunque seguramente se me olvide alguna cosa positiva. Como negativas puedo nombrar la sensación de ser una delincuente por ser multada y amenazada por la policía, la incertidumbre de cada día que muchas veces no cumple las expectativas y algunas personas que atacan por ser y vivir de una manera diferente”.
Sus influencias dice que son las personas que se ha ido encontrando por el camino, aquellas que la han motivado y le han hecho ver que “somos capaces de vivir de lo que nos gusta a pesar de que no sea el camino más fácil”.
Poder vivir tranquila de lo que le gusta, tener una casita en el campo, un vehículo para moverse y criar a su hija en un ambiente rodeado de naturaleza, arte y tranquilidad y a su vez poder viajar a su país más a menudo son sus sueños y ambiciones.
En todas las actividades que realiza Mury muestra una gran implicación personal, ya que para ella todo lo que pueda hacer no es una simple manera de ingresar dinero, si no que va aún más allá: “No sé si le he salvado la vida a alguien haciendo lo que hago, pero para mí es un orgullo y una forma de vida por la que merecen la pena las dificultades y la lucha constante con lo socialmente correcto. En lo más profundo de mi ser, esto es lo que me llena y me hace sentir realizada. Estoy segura de que a muchas personas les ha cambiado algo en su interior apreciando mi lucha y el arte que puedo compartir en la calle y a mí misma por supuesto que me ha salvado la vida hacer lo que hago. Me alimenta el alma, nos da de comer, nos da un techo y algo de libertad dentro de esta jaula...”