Putadas de la banca
“A mí no me duele pagar 5.200 euros… Lo que me duele es que engañaron a mi padre”: Francisco Torre
Los abusos de la banca hacia sus clientes son por todos conocidos. Las malas prácticas y los engaños que perpetran a diario contra las personas de a pie aprovechándose de la confianza, la necesidad o el desconocimiento; nos alarman. No es para menos, teniendo en cuenta que parece imposible encontrar entidades libres de sospecha y que nadie con nómina puede negarse a suscribir algún tipo de contrato con ellas.
El pasado 9 de febrero Francisco Torre, cansado de su situación, hacía en Twitter una denuncia pública que ya han visto más de 2 millones de personas. Su historia y la de su padre se ha hecho viral porque es otro de los miles de ejemplos de ciudadanos impotentes ante un poder financiero que parece tener banda ancha para exprimirte, engañarte e ignorarte con total impunidad.
La historia de Francisco y su padre comienza en 2016. Por aquel entonces la familia planeaba realizar algunas reformas en casa y el padre tomó la decisión de aceptar la oferta de un préstamo preconcedido de 6000 euros que pagaría a plazos. En un primer momento todo parecía de lo más normal: El hombre de 55 años acudió a su sucursal habitual, habló con el personal en el que depositaba su confianza y recibió el dinero.
“La sorpresa vino el 30 de septiembre de 2019, ocho meses después del fallecimiento de mi padre, cuando fuimos al banco porque teníamos que firmar algo. Allí nos dicen que había una deuda de 5.200,48 euros, exactamente. Yo digo: Pero mi padre lleva pagando 120 euros todos los meses desde hace 3 años ¿Y todavía quedan 5.200?”: relata Francisco. Ese mismo día la familia realizó el pago de lo adeudado más 50 euros en concepto de comisiones. Al mismo tiempo comprendían que a su padre, en lugar del crédito preconcedido que iba buscando, le habían colocado una tarjeta de crédito con intereses abusivos, las conocidas como tarjetas revolving. En realidad, Francisco no puede ni siquiera tener la certeza de qué fue lo que sucedió en aquella sucursal cuando su padre fue a pedir el crédito: “A día de hoy todavía estamos igual. El banco se niega a darnos el contrato porque dice que no aparece. Todavía no sé qué es exactamente lo que le colaron. No obstante, los números hablan por si solos: Si el padre de Francisco pagó 120 euros al mes durante 3 años, llevaría pagados alrededor de 4.300 euros. Pese a esta cantidad entregada, la deuda original solo se había reducido en 800 euros. Esto significa que, de cada mensualidad de 120 solo 22,22 se utilizaban para amortizar la deuda y más de 97 euros se iban en intereses.
Las cifras, pese a parecer desorbitadas, son habituales en productos como las ya mencionadas tarjetas revolving o los conocidos como créditos usurarios. Se cuentan por miles las personas que se han visto afectadas por un engaño relacionado con préstamos o créditos con intereses abusivos. Por eso, entidades como OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) o ASUFIN (Asociación de Usuarios Financieros) llevan años luchando por evitar las catastróficas consecuencias que provocan estos productos. Además, recuerdan la necesidad de estudiar con detenimiento los contratos que se han firmado o se firmarán con el banco, para realizar elecciones conscientes. En muchas ocasiones la inexperiencia, el desconocimiento y la dificultad de la terminología financiera provocan que no sepamos exactamente lo que estamos aceptando. Es decir, el campo abonado para ser engañados de forma abusiva.
El padre de Francisco se marchó sin saber que había sido víctima de un engaño. Ahora, su hijo piensa luchar para que se haga justicia y para evidenciar un peligro del que nadie estamos exentos: “Yo lo único que quiero pedir es que no vuelvan a engañar a la gente así… Que se acabe esto de las tarjetas revolving o que les metan multas gordas para que no les salga a cuenta seguir robando. La historia de Francisco y su padre no es la única. A raíz de su hilo en Twitter, más de 500 personas se han puesto en contacto con él para contarle casos parecidos e incluso más sangrantes. “A mí lo que me duele no es pagar los 5.200 euros… Lo que me duele es que engañaron a mi padre, eso no lo voy a perdonar en la vida. Quiero que se le dé voz a esto por toda esa gente que tiene un crédito y a lo mejor no sabe lo que está pagando. Mi padre estuvo pagando durante 3 años sin saber lo que estaba pagando. Hay que dar voz a esto al menos para que no engañen tanto… Es que esto debería de ser ilegal.”: Cuenta Francisco.