sostenibilidad
Lixo de luxo: sostenibilidad y cultura de la reparación
Jana es una de las creadoras de Lixo de luxo Coruña, un grupo de Facebook que funciona como plataforma donde encontrar oportunidades de adquisición de productos que otros han descartado.
Una iniciativa solidaria, que apuesta por la sostenibilidad y la cultura de la reparación. El crecimiento del resale o compra de segunda mano, crece con cifras impactantes. A medida que más consumidores se preocupan por la sostenibilidad y la responsabilidad con el medio ambiente, aumenta el número de personas que adoptan como hábito el consumo de segunda mano. Un estudio de ThredUp señaló que el 72% de los consumidores en 2018 mostraban su preocupación a este respecto. Un porcentaje llamativo si lo comparamos con el año 2015, cuando la cifra era del 54%.
Además del aumento en la concienciación al respecto de la sostenibilidad y el reciclaje, existe también un cambio de consumo de productos que está marcando la diferencia: el consumo temporal. Cada día más los compradores de multitud de productos no piensan en adquirir un producto para toda la vida, sino que prefieren un consumo temporal que permita la renovación. Junto a esto, el crecimiento de las opciones digitales de venta de segunda mano ha popularizado la idea de darle una segunda vida a un producto. No solo renuevas el tuyo, sino que sacas provecho del antiguo.
Si la segunda mano crece por tendencia, también lo hace cuando la economía sufre. En etapas de crisis, no resulta extraño observar esta clase de auges. Sin embargo, en el consumo de productos usados hay otra clase de iniciativas sociales que incluyen en todo el proceso una idea solidaria. Este es el caso del grupo de Facebook: “Lixo de luxo Coruña”.
La idea no es solo que tú puedas ofrecer los productos que ya no usas de manera gratuita, sino que puedas compartir los objetos que otros han descartado. No será la primera vez que te encuentras por la calle con muebles en la basura, cajas de libros… Alguien los ha descartado, pero en muchas ocasiones se encuentran en buen estado y pueden ser fácilmente reutilizables o reparables. Lixo de luxo esta ahí para que compartas estas oportunidades con los otros y que, si alguien lo necesita o lo quiere, pueda ir a buscarlo. Una de las responsables de que el grupo llegase a A Coruña es Jana con quien hemos hablado de algo que se parece más a un estilo de vida que a una práctica sostenible.
He visto que te defines como: “Señora bajita que hace cosas”. ¿Cuáles son esas cosas?
Es que claro… yo estoy trabajando, estoy haciendo Ciencias Políticas por la UNED y colaboro con los GAM (Grupos de Apoyo Mutuo). Bueno, es cierto que ahora el grupo está coleando y cada vez hay menos casos porque, mal que bien, los servicios sociales están cogiendo las riendas de todo y, finalmente, parece que ya están encauzando.
Estoy siempre entre varias aguas y, bueno, Lixo de luxo tampoco es que me dé mucho trabajo.
¿Por qué Ciencias Políticas?
Para intentar entender un poquito el mundo en el que vivo. En su momento yo hice Psicología, soy psicóloga y no me valió en absoluto para mi día a día. Supongo que también siendo unos estudios que pretendían ser de ciencia también me podrían ayudar un poco a entender el mundo en el que vivía o al menos una sociedad mas cercana a mí, pero no fue así. Entonces mi forma de entender la vida fue mutando y me pareció lo más acertado. A mí me gusta mucho estudiar, aprender… Fui notando que mis intereses iban derivando en inquietudes políticas. Yo estaba afiliada en el partido comunista, responsable del área feminista. Salí bastante quemada porque no era para nada el tipo de espacio que me pensé que me iba a encontrar. Salí muy disgustada de allí, pero lejos de querer alejarme de la política, lo que me hizo fue querer entenderla de otra manera y darme cuenta de que estaba en muchos sitios, no solo en los partidos políticos.
¿Eres más activista que política?
Claro, es que yo creo que realmente en la política las cosas solo se cambian a pie de calle, en comunidad, en horizontal… Porque si entra la verticalidad y hay escalafones… Eso para mí ya no es político, es como la autoridad… Un espacio ajeno a la ciudadanía. Al fin y al cabo los partidos políticos están estructurados de esa manera. Mucho de eso lo aprendí cuando empezó la pandemia, el confinamiento: Lo que son estructuras mucho mas horizontales, como redes solidarias. Yo creo que son ahora ese tipo de espacios donde se pueden cambiar las cosas.
¿Cómo surge Lixo de luxo?
Bueno, Lixo de luxo ya existía. No es nuestro. Lo que pasa es que durante el confinamiento yo estaba constantemente en la calle por los perros y lo que vi fue un furor de compras locas de la gente. Claro, como todos estábamos encerrados en casa, la gente empezó a renovar muebles,cambiar habitaciones y empezó a haber muchísimas cosas en la basura. Entonces, hablando un día con mi amiga Sabela, tomando un café dijimos: “jolín, este grupo de Santiago cómo mola… Podríamos traer algo así a A Coruña.” y así fue. Surgió por el confinamiento.
Leí en el grupo un comentario de un chico que hablaba del compromiso con la solidaridad que la gente que participa en él parece tener. ¿La idea va más allá del reciclaje?
Si, lo que queremos es romper la dinámica capitalista que te deja fuera si no puedes seguir el ritmo de compra de usar y tirar que te impone el mercado ahora mismo. Entonces, ahora si no eres capaz de tener esas posibilidades de acceder a todo, a todo esto que se nos intenta vender como obligatorio en nuestra vida, que no lo es… Hay gente que se ve excluida por no poder seguir esa vida, cada vez hay más gente fuera del sistema… Se acelera la exclusión social. Ha surgido un espacio de comunidad para hacer ver a la gente que los objetos pueden ser reutilizados y que nos podemos aprovechar de esa especie de restos del capitalismo para darle una segunda vida a los objetos.
Tú ves en el reciclaje una forma de vida, más allá de una práctica sostenible.
Si, porque hay muchas cosas que se encuentran y hay que dedicarles tiempo para que puedan ser utilizadas, pero también hay un montón de cosas que se tiran nuevas o con un pequeño arañazo. Me refiero a 100% útiles o 99% útiles. Hay ocasiones en las que ni siquiera hace falta que seas un manitas ni que tengas ese afán reparador… Sino que simplemente escoges algo que alguien ha desechado, pero que tú ves perfectamente que tiene todavía mucho tiempo de vida. Muchas veces nuestra dinámica de consumo no nos deja ver que hay muchas cosas que aún pueden ser reparadas Y ese chip lo hemos perdido… Nos creemos que en el momento que algo deja de parecer útil, nuestro afán de consumidores nos hace sentirnos obligados a desecharlo.
¿Crees que deberíamos empezar a apreciar la belleza que puede temer la misma reparación?
Los objetos en sí mismo no tienen valor, pero desde mi punto de vista la reparación se lo otorga. Cuando su utilidad se hace compartida y comunitaria, entonces cobra sentido.
¿A Coruña puede repararse?
Pues supongo que sí, porque de hecho estamos creando una comunidad alternativa y cada vez se ve con mayor naturalidad que alguien se pare por la calle y se ponga a mirar un objeto que otro ha descartado. Me refiero a que siempre ha habido en las sociedades varias velocidades. no hay que esconder que hay una parte importante de la sociedad que se está quedando al margen… Naturalizarlo de alguna manera yo creo que también ayuda a la sociedad. Porque si nos ponemos una venda en los ojos y nos pensamos que todo el mundo tiene la capacidad de seguir el ritmo consumista que lleva la mayoría de la población… Nos estamos engañando. A lo mejor visibilizar esa parte que no tiene posibilidad de eso y naturalizarlo… A mí me parece bien. Si tiene arreglo A Coruña o si tiene arreglo el mundo… pues, buena pregunta. Tendríamos que resetearnos mucho, pero las comunidades alternativas siempre existirán. Donde estemos organizados siempre va a haber gente al margen y yo creo que nos organizamos ya casi de forma natural. De hecho las redes sociales tienen un gran potencial para iniciativas de este tipo.