Comercio de barrio
“El hilo nos conecta”: Alicia, dueña de Entra y Teje
Sin embargo, esta tienda esconde un tesoro muy especial que va más allá de la habitual venta de lana. El país de las maravillas de Alicia se ha constituido en una comunidad que, a través de las agujas de tejer, desarrolla vínculos trascendentes capaces de cambiarle la vida a la gente. En Entra y Teje encontrarás un refugio y el hilo del que tirar para conectarte con un fascinante universo que no muchos conocen: la comunidad global de tejedoras y tejedores.
¿Qué es Entra y Teje?
Entra y Teje, aparte de ser la propia tienda donde yo vendo lanas, nace con el objetivo de ser un espacio de encuentro. El significado de comunidad se ha ido perdiendo a lo largo del tiempo y nos hemos vuelto más individuales. Entra y Teje nace con el objetivo de cambiar esto, yo lo que quiero es que mi tienda sea como un centro social: un espacio donde compartir experiencias, conocer a otra gente y poner en común nuestra afición.
En este espacio también se ofertan talleres de calceta y ganchillo a los que se puede asistir en grupos de seis para que las clases se impartan de manera más personalizada.
¿Qué tipos de lanas tienes?
Uf… El mundo de las lanas es muy grande. Yo ahora mismo estoy colaborando con empresas familiares como: Rosarios 4, Antonio del Río o Colosco Yarns, y también otras empresas que trabajan con granjas de pequeño pastoreo y trashumancia como: dLana o Las Hidalgas. Me gustaría poder trabajar con más marcas, pero la gente tiene otras prioridades debido a la situación económica actual y, por lo tanto, intento ofrecer productos con una buena relación calidad-precio conservando el enfoque de la pequeña producción y respeto por el medioambiente, aunque su stock es más limitado.
También vendo revistas y libros. Algunos incluyen patrones de diseñadoras españolas como Irina (@queliodehilo) o Anabel (@crochetbymilunar). También tenemos otros que incluyen por ejemplo muestras de punto para la gente que quiera guiarse en el diseño de tejidos. Además de accesorios para tejer: agujas (calceta y ganchillo), cintas métricas, marcadores...
¿Cuál fue tu motivación para emprender este tipo de negocio?
Yo empecé a hacer ganchillo de pequeña porque somos seis hermanos y mi madre nos ponía a hacerlo para mantenernos entretenidos. Para mí pasó a ser más un castigo que una afición. Así, en la adolescencia me alejé de la práctica y, casi llegando a los treinta, volví a ganchillar. En esa época me entró el gusanillo de aprender a calcetar y junto a unas amigas me puse manos a la obra, pero no me acababa de apañar con las agujas rectas. Empecé a buscar información en internet y a adentrarme en este mundo para poder perfeccionar mi técnica. Me acabé enganchando.
En el 2019 fui a una feria de lanas en Barcelona y ese fue el punto de inflexión que me hizo enamorarme. En la feria había dos zonas: la de los stands y la de los patrocinadores. Ahí tenían unas mesas para tejer donde todo el mundo compartía en comunidad, siempre llenas. En esas mesas conocí a gente que compartía sus vivencias y sus conocimientos, en un ambiente muy ameno. Esta forma de compartir esta afición fue algo tan trascendental para mí que quise llevarme ese espacio para A Coruña. Quería que todo el mundo pudiera disfrutar de esa camaradería, de ese codo con codo, de esos lazos que se tejen con lana.
Llegó la pandemia y tras un par de situaciones complicadas decidí que era el momento de abrir algo para mí.
¿Qué pasa cuando tejes, cómo es eso?
Cuando tejes desconectas. Te olvidas del mundo. Sigues un patrón y quieres saber cómo va la siguiente vuelta, estás ahí. Por lo menos para mí, cuanto más complicado mejor, porque estoy más concentrada, y eso me libera.
¿Cómo proyectas a futuro este negocio?
Espero que la gente entre y teja conmigo. Me gustaría que lo hecho a mano, lo artesanal se vuelva tendencia, que se valoren las prendas, los patrones… Cada pieza que llevamos puesta y todo el trabajo que conlleva. Espero que más personas empiecen a tejer, que cojan las agujas y se olviden un poquito de las preocupaciones del día a día… El mundo del tejido es enorme.
Me gustaría que mi negocio siguiese abierto muchos años y lleno de gente, aunque sólo vengan a tejer. También implementar la venta online, poder organizar charlas para visibilizar a las personas que hay detrás de las marcas y los patrones… Que descubran mi país de las maravillas… y que el hilo nos conecte a todos.