- Cristina, ¿Qué problemas te encuentras en el barrio para poder moverte con libertad?

- El problema más grave que me encuentro son los escalones. Tanto en la calle, en el comercio, en los edificios, no hay una alternativa a los escalones, hay gran escasez de rampas y en muchas de las que hay están mal adaptadas.

También, otro problema grave que me encuentro, yo y las personas que dependemos de una silla de ruedas, para movernos, son los edificios nuevos, por supuesto los antiguos y los pisos. No  nos tienen en cuenta y somos muchas personas que tenemos este problema.

Te comento un ejemplo: quiero cambiarme de piso, ya que en el que vivo tengo dificultades tanto en el ascensor como en la rampa.  He buscado y mirado muchos pisos de construcción nueva en distintas zonas y no he encontrado ninguno que esté adaptado a mis necesidades. Tienen escalones en el portal, rampas mal adaptadas, las puertas tanto del portal como del propio piso son demasiado estrechas, me impiden  moverme con la silla de ruedas.

- Cristina ¿cuentas con ayuda de otras personas?

- Vivo con mis padres y me ayudan en todo lo que pueden. Tanto mi madre como mi padre son ya mayores y es difícil la situación. Tengo una persona que envía el Ayuntamiento exclusivamente para ayudarme a asearme, pero el resto del día dependo de mis padres para ayudarme a sortear las barreras que encuentro para salir a la calle, etc.

Además yo quiero tener mi propia independencia, poder moverme autónomamente tanto en la calle como en mi propia casa. Puedo hacerlo si se adaptan las construcciones a la situación que tenemos muchas personas que sufrimos una discapacidad.

- Si los edificios y la ciudad en general estuviesen adaptados, ¿cómo mejoraría tu vida?

- Las dificultades se reducirían muchísimo. En una vivienda adaptada, con espacios en los que me pueda mover con holgura, en donde salgo a la calle y las puertas del ascensor se abren fácilmente, llego al portal, bajo una rampa adecuada y fácilmente abro la puerta y salgo, eso sería maravilloso, podría hacerlo yo sola sin depender de nadie.

Imagínate que quiero ir de compras, al súper, a comprar ropa o lo que fuera, y que pueda transitar por la calle sin barreras, (aunque ahora han mejorado algunas cosas) y entrar en cualquier establecimiento y hacer mis compras, eso también lo podría hacer sola, me haría sentir mucho mejor y me desenvolvería en mi vida cotidiana.

Quiero ir al Teatro Rosalía de Castro, ahora es un lío tener que ir, entrar por la puerta trasera, molestar para que me faciliten el acceso... si estuviera adaptado solo tendría que pensar en “¿me apetece ir al teatro?”.

Por ejemplo, estoy yendo a la Escuela de Idiomas y ahí es genial, todo está adaptado; las primeras veces me sorprendía de lo que debería ser normal.

- ¿A quién te quieres dirigir para que esta situación se transforme?

- A todas las instituciones. Deben velar por estar adaptadas a personas con dificultad en la movilidad. Y a los negocios, que también nos deben tener en cuenta. Somos un número muy grande de personas en esta situación y hay muchas personas mayores encerradas en sus casas por no tener ascensor, este es un tema que las instituciones tienen que resolver.

- ¿Cómo te sientes?

- Impotente y limitada

- Cristina, tú ya hiciste varias reclamaciones, ¿cierto?

- Sí, claro. Al Ayuntamiento, entre otras cosas, el poder ir a votar a unas instalaciones a las que pueda acceder en condiciones normales, no con todos los impedimentos que me encuentro.

A la Xunta de Galicia, hace 2 años le he pedido la necesidad de tener una vivienda adaptada, no tengo respuesta y si a los 3 años no me dicen nada, caduca y tengo que comenzar nuevamente con la petición.

Digo a todos: necesitamos un piso adaptado y una ciudad para poder acceder a donde queramos, desde tomar un café, ir al teatro o ir de compras, etc.