Hortas urbanas
Las huertas siguen creciendo superando los problemas
Sobreponiéndose incluso a una administración que parece dar largas a sus problemas. Nuestros “labregos” y “labregas” favoritas continúan construyendo su personal comunidad más allá del Centro Ágora.
Llegó el otoño y con él las lluvias. Trabajaron codo a codo para evitar las inundaciones que podrían estropear las cosechas. Hace unos meses avisaban de este problema que, una vez más, quedó sin respuesta por parte del gobierno municipal. La pérgola la tuvieron que cubrir poniendo una aportación entre todos, para poder resguardarse. Tal y como arreglan los desperfectos y se hacen con las herramientas.
Otro de los quebraderos de cabeza de los usuarios y usuarias de las huertas, nos dicen, es que todavía quedan espacios vacíos. Hay mesas y parcelas abandonadas y sin concesionar. Mientras tanto sigue quedando gente a la espera de hacerse con un hueco de tierra cultivable. La Marea Atlántica planteó esta cuestión como preguntas al gobierno municipal. A lo que respondieron que pronto se solucionaría la cuestión y se harían públicas las listas.
Mientras tanto los cultivos siguen dando sus frutos y creciendo. Las nabizas se convierten en grelos, comienzan a plantarse las patatas. Y ya pueden verse los clásicos repollos, coliflores y guisantes. Otros que también crecen y se pueden ver descansando bajo las telas térmicas son los peludos inquilinos de la huerta que ya se han convertido en parte de la familia. Una colonia de felinos se ha hecho con el lugar y son sus dueños indiscutibles.
Los eventos de la comunidad de las huertas siguen en pie. Nadie se pierde los cumpleaños, el magosto o la ya típica caracolada que se ha consolidado como una forma de deshacerse de las plagas y tener una excusa para celebrar.
En definitiva, los usuarios y usuarias continúan viendo en las huertas un lugar donde acompañarse, disfrutar, aprender y deshacerse del peso de las angustias cotidianas. Pese a todo, nos señalan que “A xente das hortas están un pouco desencantadas pola falta de atención por parte do Concello”. Sus reclamos en rara ocasión reciben respuesta. Por suerte se trata de personas resilientes, convencidas del apoyo mutuo y capaces de trabajar colaborativamente por seguir viendo crecer este espacio que tanto nos conmueve.