La enfermedad periodontal, periodontitis o piorrea es una enfermedad bacteriana crónica, con períodos de actividad y de remisión, que provoca la destrucción del hueso y la encía alrededor de los dientes. Se produce también un incremento en la movilidad de los dientes hasta su pérdida o caída.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad?
El enrojecimiento y tumefacción de las encías, el sangrado, el aumento de la movilidad dental y la halitosis suelen ser los principales síntomas. En los pacientes fumadores el sangrado suele estar disminuído. A menudo suele aparecer un incremento de la sensibilidad dental asociada a la retracción gingival, un aumento del tamaño del diente percibido por el paciente, además de la aparición de espacios oscuros o troneras interdentales.
¿Cómo se diagnostica la periodontitis?
El diagnóstico se basa principalmente en el análisis clínico y radiológico. El sondaje de las bolsas periodontales (espacios entre la encía y la raíz del diente aumentado), la inspección visual y la valoración de sangrado, movilidad y placa bacteriana son a nivel clínico las más relevantes. A nivel radiológico, la panorámica y la serie radiográfica periapical son las exploraciones más habituales.
Complementariamente se realizan pruebas analíticas y microbiológicas.
¿Es el riesgo de desarrollar la enfermedad igual para todos los pacientes?
La presencia de determinadas bacterias en la flora bacteriana bucal de algunos pacientes, dispara el riesgo de desarrollar problemas periodontales. La identificación de estas bacterias es fundamental para diseñar un protocolo de tratamiento y revisiones personalizado para cada paciente y para aplicar un tratamiento antibiótico específico coadyuvante fundamental para los casos más graves.
¿Cómo se trata la enfermedad periodontal?
En una primera fase con la eliminación de los irritantes locales (placa bacteriana, sarro) mediante el raspaje y alisado radicular. En algunas ocasiones puede ser necesario aplicar cirugías regenerativas. En todos los casos el mantenimiento de una buena higiene y las revisiones periódicas son esenciales para el control de la enfermedad en el tiempo.
¿Se puede prevenir la piorrea?
El factor preventivo fundamental es el cuidado de la higiene bucodental, pero el control de una buena oclusión o relación masticatoria de los dientes, así como la ausencia de hábito de fumar contribuyen a su prevención y/o control. La alimentación también tiene su papel en la prevención, especialmente las vitaminas C y E, aportadas por una dieta rica en frutas y verduras.
